En el actual panorama político, las diferentes formaciones lanzan insultos, exabruptos y acusaciones contra sus adversarios, sin que ocurra nada. El objetivo es siempre el desgaste del contrario con un claro fin electoralista y/o partidsta.
El Partido Popular se ha convertido, precisamente desde los terribles atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid de los que acaban de cumplirse 20 años, en especialista en el uso del descrédito personal o colectivo, para lo cual pone en marcha campañas en este sentido que, en ocasiones, le otorgan los réditos políticos perseguidos.
Es curioso como ha utilizado esta estrategia desde entonces y en todos los territorios, incluida Galicia. Solo hay que recordar los famosos 'anómimos' que aparecieron en los juzgados de Lugo y que condujeron a la imputación del candidato socialista el pasado 18 de febrero. José Ramón Gómez Besteiro, cuando se estaba convirtiendo en el rival más importante para Alberto Núñez Feijóo, vio frenada su carrera política por esos escritos que conllevaron su investigación en varios casos de supuesta corrupción. Al cabo de los años todo fue archivado y se supo que detrás de la entrega de los anónimos estaba la ahora número uno del PP por Lugo y muy próxima a Feijóo, Elena Candia.
A pesar de esto, los populares gallegos, al igual que sucede con su formación a nivel estatal, habiendo convertido esta estrategia en su modus operandi habitual, tal y como sucede con Pedro Sánchez desde que accedió a La Moncloa, se revuelve cuando el partido se transforma en el destinatario de las acusaciones.
Es lo que ha sucedido en Galicia con unas declaraciones del presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, José Félix Tezanos. El responsable del CIS, en relación con las pasadas elecciones gallegas de febrero, afirma en un artículo de la revista 'Temas' que, solo la posibilidad de que "en su gran feudo el PP pudiera perder la mayoría absoluta", tal y como señalaban en los días previos a la jornada electoral "varias encuestas, no solo las del CIS, había encendido las alarmas" internas en la sede central de la calle Génova.
"Monjitas organizando el voto"
En este temor se situó, para Tezanos, "el enorme activismo desatado durante esa semana, con gratificaciones económicas extraordinarias a las mariscadoras, mensajes enviados al personal sanitario prometiendo mejoras salariales y organizativas, monjitas organizando el voto de sus asilados e internos, etc".
Estas aseveraciones, junto a otras que incluye en el artículo que firma bajo el título de 'Nuevas encrucijadas y tendencias electorales', han soliviantado a los 'populares' gallegos que esta misma mañana han lanzado un comunicado en el que piden la dimisión del máximo responsable del Centro de Investigaciones Sociológicas.
El PPdeG considera que las afirmaciones de Tezanos son un "insulto a los gallegos para ocultar su constatado y reiterado descrédito profesional", señalan a lo que añaden que con este artículo lo que busca es "minimizar la derrota sin paliativos" del socialismo el pasado 18 de febrero.
En palabras de la secretaria general del Partido Popular de Galicia, Paula Prado, "quien piense que una mayoría absoluta con más de 700.000 votos y un apoyo de más del 47% se consigue porque los gallegos son 'parvos' y se dejan engañar es que ni conoce Galicia ni le importa". Como suele suceder en estos casos, también la dirigente del PPdeG habla de Pedro Sánchez llamando la atención sobre que Tezanos "critique en esta ocasión" lo que el presidente del Gobierno, a su juicio, "lleva haciendo en todas y cada una de las elecciones a las que se presentó".
Tras esto, Prado apunta directamente al máximo responsable del CIS de que señala que "hace tiempo que debería haber dimitido" y esto tanto por "su escandalosa y poco disimulada vinculación al PSOE como por lo "fallado en sus predicciones".
Desde el Partido Popular gallego se habla también de "desconocimiento" y la "burda manipulación de los datos" por parte del presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, algo que para Paula Prado se puso de manifiesto cuando "los escaños que repartía ni se correspondían con la realidad". Según el PP, en uno de esos sondeos electorales "se repartía un escaño de más en la provincia de Lugo y uno de menos en Ourense".
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