El 11 de marzo de 2004 la tragedia copaba España y la barbarie terrorista de Atocha conmocionaba a toda Europa. Veinte años después, el Día Europeo en Recuerdo a las Víctimas del Terrorismo vuelve a celebrarse una vez más en esta trágica fecha, con la excepcionalidad de la prescripción de los crímenes que se cometieron aquel jueves de hace dos décadas. La sombra del terrorismo nunca desaparecerá y aquellos fanáticos que lo perpetran tampoco, pero la unión para su combate y la reparación y acompañamiento de las víctimas deben ser las puntas de lanza de una estrategia conjunta.

Memoria, verdad, justicia y reparación”, ha enumerado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, los principios que conforman la dignidad. La dignidad de las víctimas, los familiares, las fuerzas de orden y seguridad del Estado que luchan día a día contra la lacra del terrorismo y del conjunto de la sociedad que, lejos de olvidar, recuerda. En frente, fanáticos de toda índole se cobran la vida de inocentes por pretensiones egoístas, pero “nunca podrán destruir la democracia, el Estado de Derecho o los derechos sociales”, ha garantizado el líder del Ejecutivo.

“Los valores de la paz, la convivencia, la verdad, la justicia y la reparación” son aquellos que, en opinión de Sánchez, deben guiar a la Unión Europea (UE). “En la alegría y en la tristeza sabemos que no estamos solos, nos tenemos los unos a los otros. Veintisiete países unidos en la diversidad, en un proyecto único en el mundo, de concertación política, de paz, de desarrollo económico, pero sobre todo en una comunidad de valores”, ha defendido, poniendo en valor la importancia de caminar unidos como continente en aspectos como el terrorismo.

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Para este cometido, “la solidaridad” es quizá el principio más imprescindible y, desde luego, “el que más contribuye a crear conciencia europea”. “Sobre ella se levanta nuestra determinación de luchar juntos contra la barbarie”, ha defendido el líder socialista. “Nadie puede acostumbrarse a la violencia ciega y nadie debe acostumbrarse a convivir con la barbarie”, ha reiterado, apoyado en un recuerdo que no debe ser estanco.

El recuerdo debe ser activo y movilizador, debe mantener viva la memoria sobre lo que ocurrió en el pasado, pero también ha de ser un acicate para el presente y para el futuro, para que no se repita y las víctimas y supervivientes cuenten siempre con la solidaridad y nuestro apoyo”, ha trasladado. “Debemos recordar para defender los derechos humanos, que niegan los terroristas, y reforzar el Estado de Derecho, que es su principal vacuna”, ha sentenciado.

Duros testimonios

Aquella terrible mañana la incredulidad doy paso al dolor, a las terribles imágenes de móviles que sonaban entre los amasijos de hierro, al silencio de espacios que eran recorridos a diario por miles de personas, a la angustia y a la incertidumbre de si en aquellos trenes viajaba un padre, una hija o un hermano”, ha iniciado un emocionado Sánchez su intervención. Palabras emotivas que, no obstante, no han podido ni acercarse a los desgarradores discursos posteriores que han pronunciado diversas víctimas, del atentado de Atocha y de otros sucedidos en Europa.

Eliana Pavocello, superviviente del atentado contra la sinagoga de Roma el 9 de octubre de 1982; Rudolf Kaninski, víctima de los atentados de Bruselas de 2016; y Ana Cristina López Royo, supérstite de los atentados del 11M, han puesto las voces más emotivas. “Cada víctima del terrorismo se enfrenta cada día a la tarea de vivir en paz”, ha relatado López, que ha pedido a los allí presentes que “no dejen de estar nunca del lado de las víctimas del terrorismo”. "Para las aseguradoras, las víctimas éramos un simple número", ha denunciado Kaninski.

Tras los protagonistas, otras personalidades como el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, han intervenido. "Es un aniversario triste y amargo, pero también cargado de simbolismo y esperanza. Con nuestra presencia aquí hoy honramos a las víctimas, a los supervivientes y sus familias y unidos enviamos unos mensajes altos y claros. El primer mensaje es que no olvidamos", ha introducido. “El segundo mensaje es sobre los valores que nos unen. El terrorismo ha destruido vidas. Los terroristas buscaban amedrentarnos […] El resultado es que no lo lograron porque dichos valores es el ADN del modo de vida europeo”, ha zanjado.

El último en comparecer ha sido el rey Felipe VI.  “Esta fecha nos une en un recuerdo íntimo y público que el paso del tiempo no podrá desvanecer. El 11M Madrid fue un ejemplo de solidaridad que seguimos admirando 20 años después”, ha trasladado. "La historia del terrorismo en Europa es la historia de un sufrimiento compartido y de solidaridad […] Todos dieron lo mejor de sí mismo para atender y ayudar a las víctimas, la mayoría trabajadores y estudiantes. Detrás del acto más horrible, la sociedad respondió con solidaridad”, ha destacado.