El futuro del proyecto industrial de Altri, firma portuguesa que quiere levantar una planta de producción de fibras textiles a partir de celulosa en Palas de Rei (Lugo), no tardará mucho en llegar. La compañía está asociada con ella Xunta a través de Impulsa Galicia, consorcio público-privado, y el presidente autonómico del Partido Popular (PP), Alfonso Rueda, se resiste a ofrecer los detalles pormenorizados a las formaciones de la oposición y la ciudadanía gallega, pese a que ambas partes se encuentran en pie de guerra contra un proyecto que trae recuerdos del franquismo.
Rueda quiere “resucitar el franquismo industrial”, denuncia Ana Pontón, líder del BNG, que lamenta las múltiples similitudes entre este proyecto y el que impulsó el dictador Francisco Franco a finales de la década de los 50 y principios de los 60, cuando levantó la Empresa Nacional de Celulosa (ENCE) en la ría de Pontevedra. La contaminación de la zona y del agua, con las damnificaciones que esto supuso para los vecinos y trabajadores de otros oficios en la zona, no tardó mucho en dejarse ver, evidencias que no evitaron que Mariano Rajoy prorrogase la concesión durante 60 años más y se ganase la declaración de non grato en su propia ciudad.
"En 1963 nos impusieron en este país una celulosa por parte del franquismo y ese es el modelo que recuperáis en 2025, imponiéndonos una macrocelulosa", ha afeado Pontón a Rueda durante la sesión de control parlamentario. "El franquismo industrial es lo que ofrecéis a la gente de este país 60 años después, otra macrocelulosa", ha resumido la situación la mandataria nacionalista, visiblemente preocupada por la “bomba ambiental” que supondrá la planta en una zona ubicada en el corazón rural gallego. Todo ello con la financiación de fondos europeos.
La Xunta se lanzó a por los Next Generation para financiar este proyecto y la pretensión es entregar a Altri hasta 250 millones para levantar la macrocelulosa. Una “decisión política del PP para beneficiar a Altri”, denuncia el BNG, que en palabras de Pontón ha garantizado que harán “todo lo posible y todo lo imposible para que no reciba un solo euro público por contaminar nuestro país y que esos 250 millones de euros vayan a las pymes gallegas, a la gente que vive del trabajo en el mar y en la tierra o para recuperar y regenerar el río Ulla y la ría de Arousa".
Trumpismo del PP gallego
El BNG acusa al PP de Rueda de desarrollar prácticas trumpistas frente a los informes contrarios al proyecto de Altri y los funcionarios que los emiten. "¿Por qué dimiten algunos técnicos y por qué, para sustituir a algunos de ellos, coloca comisarios políticos del PP para que hagan informes personalizados?", le ha preguntado Pontón al presidente en el parlamento gallego, aludiendo a una posible purga de funcionarios. “Los únicos informes que les gustan son los que les dan la razón”, ha proseguido la líder nacionalista.
El último informe favorable que ha recibido la macrocelulosa es el realizado por Aguas de Galicia, que garantiza que la planta cumple los objetivos medioambientales de la Comisión Europea. Al de este órgano controlado por la Xunta deberá sumarse la Declaración de Impacto Medioambiental (DIA) positiva que deberá otorgar el Ejecutivo en las próximas semanas. En sentido contrario, múltiples estudios de ONGs medioambientales y otros organismos, como el del Consejo de Cultura, apuntan a lo “desastroso” y peligroso del proyecto para el medio.
"Dejen de mentir y esconderse detrás de los técnicos porque todo el mundo sabe que esta fue una decisión política adoptada por el Partido Popular", ha espetado Pontón, quien también ha pedido a Rueda que "sea valiente y tome sus decisiones políticas". "Al menos, por una vez, tenga la honestidad de hacerlo", ha exigido. "Ya os digo que ni toda la propaganda, ni todas sus mentiras, ni toda la manipulación frenarán la dignidad de la gente de este país que dice Altri no, Galicia sí", ha zanjado la mandataria del BNG.
Fuerte contaminación
La implementación de esta planta traerá más eucalipto a Galicia, especie invasora que puebla el norte por lo económico y rápido de su crecimiento y acaba con el resto de naturaleza autóctona, y puede perjudicar gravemente también a otros oficios tradicionales de la zona. Los datos del proyecto contemplan una planta de 3,6 millones de metros cuadrados (m2) de ocupación de suelo, parte de la ampliación de la Red Natura que el Ejecutivo del PP canceló. También se contemplan 13 kilómetros de tuberías que discurrirían por espacios protegidos y una emisión diaria a la atmósfera 8,7 toneladas de gases contaminantes.
El BNG apunta que a estos datos hay que sumar los 30.000 millones de litros de agua contaminada que acabarán en el río Ulla que "abastecen a más de 100.000 personas y que acabarán en la ría de Arousa, la más productiva de Galicia". Sin embargo, parece que recibirán una DÍA positiva. Pero, "si ese proyecto de macrocelulosa es tan fantástico, ¿por qué no lo quieren en Portugal?”, ha preguntado Pontón. “¿Y por qué ocultaron el proyecto, señor Rueda?", ha añadido, recordando que el Ejecutivo del PP lo mantuvo oculto antes de las elecciones gallegas y hasta que se publicó en el boletín oficial gallego.