En el día que se cumple un año de la DANA que costó la vida a 229 persona, ElPlural.com ha entrevistado a la delegada del Gobierno, con Pilar Bernabé. Bernabé estuvo desde primera hora de la mañana de aquel terrible día al pie del cañón, anulando toda su agenda, por eso hemos decidido hacer una entrevista más personal que política. Una entrevista en primera persona de tú a tú. Para la charla estamos en Paiporta, íbamos a hacer la entrevista en el Barranco, que es muy representativo de lo que sucedió aquí. Paiporta es la zona cero de la zona cero, pero el viento de poniente nos lo ha impedido. Pero estamos en la peluquería Maypi, Pilar la conoció cuando estaba absolutamente destrozada y ahora es una maravilla. Desde ElPlural.com no podemos dejar de agradecer a las dueñas de Maypi que nos hayan dejado estar aquí.

PREGUNTA: Delegada, normalmente yo las entrevistas, y sobre todo a políticos, las hago de usted, pero estoy harta de las entrevistas a políticos hablando de política, y mi intención hoy era hacerle una entrevista no a Pilar Bernabé, sino a Pilar. Entonces me gustaría saber si le importaría que nos tuteemos durante la entrevista.

RESPUESTA: Casi te lo pido, Loreto

P: ¿Cómo viviste el 29 de octubre?

R: Lo viví desde primera hora con preocupación. Yo esa mañana salía de viaje porque tenía una reunión con todos los delegados del Gobierno de España y cuando me estaba haciendo la maleta ya estaba dándole vueltas porque mi jefa de la Unidad de Protección Civil el día de antes ya me había dicho que había hablado con todo el mundo, que las previsiones meteorológicas bueno, pues estábamos preocupados por las lluvias, y me acosté con el runrún y por la mañana cuando ya me estaba haciendo la maleta empecé a leer los partes de la noche de cómo en la Ribera se había hecho algún rescate por parte de la Guardia Civil, y ya enseguida escuché que cambiaban la alerta roja de Aemet y ya llamé antes de las 07:30 a la secretaria general de la Delegación y a mi jefa de gabinete y les dije anulad mi agenda que no voy a ir a la reunión de delegados, y convocadme inmediatamente a todos los organismos del Estado que quiero que me cuenten cómo ha ido la noche y vamos a ver qué pasa.

P: ¿Y luego?

R: A partir de ese momento sobre todo me preocupaba la parte de la Ribera, especialmente la Ribera Alta, que es la zona donde nosotros siempre, históricamente, tenemos más problemas en las inundaciones. Estuve hablando durante toda la mañana con los alcaldes después de la reunión, y yo veía que la cosa estaba complicada. Tuve la primera noticia de una persona desaparecida, el camionero en L'Alcudia y llamé a la consellera, porque es verdad que me parecía muy raro que nadie de la Generalitat me llamara, ni se hubiera puesto en contacto con nosotros.

Normalmente, siempre, cuando hay alguna emergencia siempre la consellera o el secretario autonómico, cuando José María Ángel era secretario autonómico, siempre me llamaban y me decían oye, estamos en esto, puede liarse, puede pasar algo, estamos todos pendientes o vamos a vernos en una reunión. Nadie me llamó, la llamé y le dije oye estoy preocupada esto, yo he hablado con todos, estamos todos alerta y a vuestra disposición. Si necesitas algo, dímelo, que nos ponemos inmediatamente a ello. Me dijo que lo iba a ver.

P: ¿Qué iba a ver? ¿De qué hora hablamos?  

R: Pues serían las doce y veinte o una cosa así. Que iba a verlo bien, que sí, que estaba al tanto, y eso yo creo que es cuando ella se va a Carlet. Yo creo que cuando es un momento así, de muchas lluvias, dónde tienes que estar, y creo que esto es otra de las lecciones aprendidas, es en tu puesto de trabajo donde tienes la información de forma mucho más directa.

P: ¿Cecopi?  

R: En el 112, porque a veces confundimos y le decimos Cecopi a todo y confundimos. Donde se recoge toda la información es el Centro de Coordinación de Emergencias. Que, de hecho, allí tenían toda la información. Ese es el centro que coordina y el que tiene la competencia para hacerlo. Y ya a mediodía, mientras yo seguía hablando por teléfono con alcaldes, ya me entero que en Utiel se había desbordado el río y ya con el alcalde de Utiel me dice 'tengo un barrio donde la gente está en los en los tejados'. Entonces a mí ya que la gente está en los tejados me pareció... ya me dio un vuelco todo. Llamé a la consellería y le dije me pides la UME por favor, sí o sí.

P: A eso iba, cuando tú estás viendo la inoperancia, ya no te pregunto tanto porque estás contado, lo has contado en sede judicial, lo has contado hasta decir basta delante de los medios. ¿Qué te dice tu cuerpo, cómo reaccionas? Es cabreo, Es decir oye mira no me puedo creer que esto esté sucediendo. 

R: Yo te voy a ser muy sincera. Yo el día 29 yo no tenía toda la información que ahora tengo, es evidente, ni yo ni nadie. Yo no tenía toda la información que tengo ahora, y que sé que otros también tenían y no hicieron mención, como son las llamadas de 112, como son todas las alertas que se tenían y que se tenían que haber activado una serie de procedimientos para hacer una vigilancia concreta.

Pero es verdad que, a lo largo de los días, que cuando ya eres plenamente consciente de todo, la incapacidad es total. Y a mí mucha gente me dice la foto tuya con las botas manchadas de barro será la imagen que pasará la historia. Y yo siempre digo, para mí, no. Para mí, la verdadera imagen que describe cómo yo me sentía en esos momentos y durante esos días, y me sirve también para el 29, es una imagen en la que Mazón está a mi lado, mirando no sé hacia dónde y yo estoy así (manos en la cabeza). Porque ese era mi sentimiento y mi sentir todo el tiempo, de una impotencia y una frustración tremendas, porque veía de verdad la falta de liderazgo y de control de la situación.

P: Tú desde el primer día, todos los días, era amanece en Paiporta. ¿Cómo fue eso y por qué decidiste hacer eso? 

R: Mira, el día 30 por la noche yo sentía...estaba en el Cecopi, y escuchaba cosas en el Cecopi que no se correspondían con lo que a mí la gente me transmitía por teléfono, por mensajes, por llamadas y que estaban en los pueblos. Mi familia es de Picanya y me decían ¿qué está pasando? No vemos a nadie ¿qué pasa? Y claro, yo en el Cecopi y preguntaba y no paraba.

De hecho, se filtró una un acta que luego no era un acta, que era una persona que se había conectado del Ayuntamiento de Valencia, que había hecho una especie de acta y la pasaba. Y cuando decía algunos de los comentarios de las personas que intervenimos, que habíamos intervenido en el Cecopi yo decía pero enviad al ejército a todos los pueblos, porque solamente estaban en Paiporta y en Picanya. Ahora estamos viendo las calles, pero no se podía acceder y entonces entendíamos, claro, la gente veía eso y es muy difícil de explicarlo y de comprenderlo, pero la gente veía a los voluntarios que con su capazo y con lo que tenían y sus utensilios, prácticamente sorteaban o saltaban los coches y podían acceder.

¿Qué estaba haciendo el ejército? Sacar todo lo que eran coches y de todo, maquinaria. Todo lo que había por todas partes y que solamente ellos con sus máquinas y con sus herramientas podían moverlo. ¿Qué pasa? Que toda esa, todo ese trabajo que estaban haciendo es verdad que luego no se veía. Pero claro, a mí me daban información en el Cecopi que luego no casaba. Yo dije yo tengo que salir de aquí, necesito salir de aquí, necesito ver lo que está pasando, porque si yo no veo lo que está pasando, cuando yo llego al Cecopi y hago preguntas y me dicen cosas, me las tengo que creer y necesito salir a verlo. 

P: Y elegiste Paiporta

R: No, el primer sitio al que fui fue Sedaví. Y entonces cuando llegué a Sedaví, porque a Paiporta no podíamos prácticamente entrar porque estaba todo impracticable hasta que el ejército conseguía ir vaciando. Entonces, cuando llegué a Sedaví el 30 por la noche, aquello era un paisaje lunar. No había nada. Era, era terrorífico. A partir de ese momento dije no voy a una reunión más del Cecopi sin que yo haya podido ver y haber hablado con cada una de las personas que tienen que estar, que estamos en esta tragedia.

Me iba a los Cecopales y a las reuniones que los alcaldes improvisaban en cualquier sitio. De hecho, ayer, aquí en Paiporta, que vine con el ministro de Cultura visitamos la Biblioteca Municipal, que en su momento era la base de la UME cuando ya pudimos entrar, porque hasta que pudimos llegar hasta ahí estábamos en la Texaco, pero claro, se improvisaban espacios, institutos, colegios. En del instituto de Sedaví teníamos, eh, economato, Centro Médico, PMA, lo teníamos todo en el único sitio donde se podía estar.

Por eso para mí venir a Paiporta era un termómetro. Cada mañana yo llegaba aquí. A las seis me recogía José María Ángel en mi casa nos veníamos, y veíamos cada día cómo íbamos avanzando un poco. Salíamos juntos con los equipos de limpieza. Nos veíamos por las mañanas, todas las mañanas juntos y al final establecimos amistad con muchos de ellos porque nos iban contando ellos mismos cómo iban consiguiendo avanzar un poco más. Más todos los operativos de todos los municipios que había venido, gente de todos los pueblos.

De todos menos de Valencia, ciudad que también hay que decirlo. Y esto yo lo digo porque me duele a mí especialmente que soy valenciana. Cómo puede ser que el Cap i Casal, que es lo que nosotros llamamos a la capital, que podía haber tirado más y haber dado músculo a muchas de los municipios del área metropolitana no ayudara. Y eso yo jamás lo voy a entender ni no se lo voy a perdonar alcaldesa. 

P: Hombre, no, no tiene lógica. Porque sí que es cierto que hay una parte del área metropolitana de Valencia afectada, tenemos la Torre y algunas pedanías, pero ellos tenían toda la logística de Valencia para haber ido a municipios como Paiporta, Benetússer o Sedaví que lindan con Valencia, ¿no? 

R: Así es. Y no, no, no lo hicieron.

P: Psicológicamente, ¿cómo te ha afectado la DANA? 

R: Yo no soy la misma persona antes de la DANA y ahora. No lo soy para lo bueno y para lo malo. Es verdad que he visto mucho dolor y he visto mucho sufrimiento. Yo nunca he sido precisamente muy llorona, todo lo contrario. Siempre he hecho bromas con mis amigas que eran más lloronas que yo y siempre les decía tú eres muy llorona. Ahora es que no lo puedo evitar, lloro prácticamente por todo.

Me he hecho mucho más sensible, pero al mismo tiempo también me he hecho mucho más fuerte, y también me ha ayudado a ser consciente de la importancia y de la responsabilidad que supone gobernar, que eso también te da otra manera de ver y de entender. Soy mucho más cauta, tengo mucha más sensación de prevención que antes. Pero, sobre todo, a mí me ha despertado una parte de empatía humana hacia las personas y su capacidad de soportar lo que aquí hemos soportado. 


P: ¿Has necesitado ayuda psicológica en ese tiempo?

R: A ver, hubo un día muy difícil que yo creo que marcó no un antes y un después, pero sí que fue una situación que fue un hito en todo el proceso, que fue la muerte de un trabajador de Tragsa en un colegio de Massanassa. Allí fue un día muy complicado, muy duro. Ese día yo hablé personalmente con el presidente de la Generalitat. Le dije que yo estaba llegando ya a Massanassa, y me dijo que estaba en Alicante y que se iba a desplazar hacia Massanassa. En el momento en el que yo estaba hablando con él todavía no teníamos la confirmación de cuántas personas podían haber fallecido, porque los medios ya decían que ahí estaban un grupo de la UME que estaba comiendo debajo del techado que había caído.

Él me dijo que iba a venir y yo estaba allí, estaba con el alcalde. Al rato vino la vicepresidenta, Susana Camarero, y bueno, había gente, pero cada vez se iba viniendo más gente. A través de los grupos de WhatsApp del municipio empezó a correr la voz de que iba a venir Mazón y el ambiente se fue poniendo muy complicado, muy tenso, muy difícil. Y fíjate que yo he vivido Paiporta, que peor que Paiporta es difícil, el día de la visita de los Reyes porque fue un día terrible. Pero en ese momento se estaba caldeando mucho el ambiente, entonces ya estaba en la avanzada del presidente, y decidieron que el presidente no venía y eso es una decisión de él. La vicepresidenta se marchó, y estaban todos los medios y había que, primero, desmentir que no había varios muertos, y explicar lo que estaba pasando para tampoco aumentar especulaciones.

Y alguien tiene que salir a hablar, y hay que dar la cara y explicarlo. Y me quedé sola, tuve que salir y explicarlo. Cuando salía de los medios, pues claro, era una gran cantidad de medios y la gente estaba muy caliente y cuando vieron a todas las cámaras dirigiéndose hacia alguien, la gente empezó a gritar, a insultar. No toda, sino el grupo que estaba preparado para eso. Y bueno, hice las declaraciones y yo estaba hecha polvo, que estaba fatal. Los trabajadores, los compañeros estaban allí y me acuerdo que yo estaba haciendo las declaraciones y veía un señor que bueno, me insultó.

Y yo recuerdo que estaba viendo a un señor que no paraba de insultarme, pero que me dijo lo más grande mientras yo estaba haciendo las declaraciones, y cuando ya había acabado estaba apoyada yo en un coche que estaba que ya no podía ni hablar y se me puso al lado, y me dijo tú eres la delegada del Gobierno. Y yo dije sí. Y el señor se puso a hablar y yo lo escuché y lo dejé hablar. Y le pregunté y le escuché, y al final ese señor se abrazó a mí y estuvo 15 minutos llorando. 

P: Es la rabia contenida de la gente

R: solo necesitaba que lo escucharan, y en ese momento es verdad que yo me rompí. Estaban las psicólogas de Cruz Roja que estaban atendiendo a las víctimas, y me cogieron y me dijeron tú necesitas ayuda, no puedes aguantar esta presión de esta manera. Y yo lo hablé con ellas. Luego hablé con otra psicóloga, pero siempre tenía la sensación de que había tanta gente que necesitaba tanta ayuda, que yo no podía permitirme el lujo de que me ayudaran a mí, porque yo estaba para ayudar y no me merecía que me ayudaran a mí. Ese era un sentimiento que yo tenía y me dijeron bueno, pues intenta hacer deporte y cuando tú lo necesites ya vendrás.

P: Quizás a lo mejor esto no debería comentarlo, tú y yo hemos hablado muchas noches, mucho tiempo y no precisamente de cosas de trabajo, sino de lo que tú sentías y de lo que yo sentía. No puedo alcanzar a entender que una persona llegue a decir no, yo no me merezco ayuda. Es un síndrome, es el síndrome del superviviente, porque no sé cómo explicarlo, no deberías decir eso. ¿Cuántas veces has llorado, Pilar en este año? 

R: Un montón.

P: ¿Entonces hasta qué punto no crees que deberías dar un paso atrás y decir no, tengo el mismo derecho a llorar que tiene una persona que ha perdido a alguien? O sea, el dolor es diferente y la cosa es diferente. ¿Pero no crees que deberías tener derecho a padecer, a sentir y a llorar como el resto de los valencianos?

R: Bueno, probablemente sí. Pero bueno, esa es la sensación que tenía cuando me intenté analizar. Y esa es la sensación que tenía. Y de momento pues voy tirando. Es verdad que también he hablado con expertos que te dicen que las secuelas y el trastorno postraumático suele venir también al año. Entonces bueno, pues no, no lo sé, hombre, esto también te deja secuelas físicas, porque yo también ahora tengo más teclas que un piano que me han salido también, y que yo creo que son fruto del estrés, de la tensión. Pero es que no me siento capaz de compararme, porque he visto tanto dolor y he visto a gente que ha sufrido tanto que bueno, pues ya está, Yo voy pasando, y voy pasando. 

P: Lo que has dicho de las teclas es algo que yo no sé si te has fijado cuando vas a los pueblos, yo lo veo en Benetússer que es el que más me controlo. La tristeza generalizada que sigue habiendo en los pueblos, y cómo muchísima gente se ha echado literalmente diez, 20 años encima. ¿Qué ves, qué sientes tú cuando escuchas a toda esta gente hablar de recuperación y normalidad, pero tú pisas los pueblos y te das cuenta de que esa normalidad es una utopía, no es real?

R: Yo soy de natural optimista, y tengo ese carácter y lo tengo. Y es verdad que también me he hecho un poco más sentimental ahora. Pero yo he visto todo el proceso desde el primer día hasta hoy. Yo sí que creo que la gente poco a poco está recuperando la sonrisa. Poco a poco. Estas calles las he pisado muchas veces y la gente era incapaz de levantar la mirada del suelo.

Y yo recuerdo un día, de repente, que dije ostras, la gente te mira la cara. Han levantado otra vez la mirada. Claro que hay gente que todavía está muy tocada, que necesita ayuda, necesita salir a la calle y ver que su centro deportivo está en marcha. Hasta que no tengamos esa normalidad total, nadie va a tener la sensación de que está en una normalidad total.

Pero yo sí que noto primero que la gente necesita creer que va a salir, y que puede seguir y que va a tirar para para adelante. Pero claro, para eso necesita confiar, y necesita tener a alguien que dirige, que es confiable y que sabe que no le va a fallar. Porque claro, porque tú eso lo necesitas más que nada. Y ahí es verdad que hoy los valencianos no pueden tener la confianza en un en un gobierno que estaba despreocupado y que además no ha reconocido el error. Porque lo peor, porque fíjate, están intentando corregirlo. Lo vemos ahora que van cumpliendo los protocolos como toca, pero el problema es que no han reconocido el error. 

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