La capacidad del expresidente de la Generalitat Josep Tarradellas para adelantarse a su tiempo es proverbial. Ahora, gracias al periodista Julio Merino, director del histórico Diario de Barcelona, hemos conocido otra anécdota sobre cómo veía a Jordi Pujol y sus sospechas sobre sus negocios turbios: “Yo de enanos y corruptos no hablo”.

Fue la frase con la que despachó, allá por 1980, la pregunta sobre quien sería su sucesor en la Generalitat. Lo ha contado ahora Merino en un artículo de 1980 titulado La profecía de Tarradellas, en el que narra su conversación con Tarradellas y el análisis que hacía de los candidatos en aquellas primeras elecciones catalanas tras el fin de la dictadura.

“Le he dejado para el final a quien según dicen todos va a ganar si usted no se presenta, me refiero al señor Pujol ¿qué opina usted de don Jordi?”, le preguntó Merino. A lo que Tarradellas, tras ponerse de pie y con las manos en la mesa, soltó: “Señor Merino, yo de enanos y corruptos no hablo”.

Cuando el periodista quiso profundizar más al respecto, Tarradellas le habló del caso Banca Catalana y sacó una carpeta verde de su mesa: “Esto no son rumores, esto son hechos... Esa banca será la tumba política del señor Pujol... Y puede que algo más el día que las cosas lleguen a mano de los jueces. 20.000 millones desaparecidos son muchos millones y los primeros responsables son la familia Pujol. Este asunto traerá cola, mucha cola, porque además ya está en ello la Fiscalía anticorrupción”.

Tarradellas incluso se atrevió a vaticinar lo que pasaría cuando a Pujol se le acusase de corrupción:

“Conociendo al personaje, yo lo tengo claro. Luchará y pactará hasta con el diablo para ser president, porque ahí espera tener su mejor escudo. Mire, amigo mío, este hombre en cuanto estalle el escándalo de su banco se liará la estelada a su cuerpo y se hará víctima del centralismo de Madrid... Ya lo estoy viendo: ‘Catalans, España nos roba... No nos dan ni la mitad de lo que nosotros les damos y además pisotean nuestra lengua... Catalans, ¡Visca Catalunya!’. Sí, esa será su política en cuanto llegue a la Presidencia, el victimismo y el nacionalismo a ultranza”.

El expresidente de la Generalitat no pudo por más que recordar el incidente con Jordi Pujol cuando volvió del exilio y desde el balcón de la sede de la Generalitat dijo su mítica frase de “Ja sóc aquí”.

“Pero antes dije ‘ciutadans de Catalunya’, lo que ese señor del que hemos hablado me criticó, porque, según él, tenía que haber dicho ‘catalans’ y no ‘ciutadans’. Y eso porque yo entendía que el president tenía que serlo de todos, los de dentro y fuese cuál fue su ideología, y los de fuera, viniesen de donde viniesen”.

De hecho, como contó elplural.com, Tarradellas, ya demostró sus dotes adivinatorias en 1981, con un incidente similar a este descrito. Se lo contó en una carta privada al director de La Vanguardia que no se publicó hasta pasadas varias semanas del 23-F y donde explicaba cómo Pujol le había prohibido, en el traspaso de poderes, decir “Viva España”.

Las profecías de Tarradellas

Tarradellas empezaba su carta recordando el momento en que el Gobierno le encargó dar traslado del cargo de president de la Generalitat a Pujol, cuando propuso despedirse con un discurso en el que acabara diciendo Viva España, Visça Catalunya, “pero con gran sorpresa por mi parte no fue aceptada”, porque Pujol “solamente quería tener presenta a Cataluña, pero para mí esto era inaceptable: eran ambos pueblos los que debía ir unidos en sus anhelos comunes”.

“Manifesté que se había roto una etapa que había comenzado con esplendor, confianza e ilusión el 24 de octubre de 1977, y que tenía el presentimiento de que iba a iniciarse otra que nos conduciría a la ruptura de los vínculos de comprensión, buen entendimiento y acuerdos constantes que durante el mandato habían existido entre Cataluña y el Gobierno de España", premonizaba Tarradellas.

Solidaridad y sensatez como aceite

Una carta que rescató del olvido el presidente Ad Meritum y fundador de ELPLURAL.COM, Enric Sopena, el 30 de septiembre, justo un día antes del referéndum del 1-O que nos ha traído hasta aquí: “Hemos visto como Jordi Pujol y los suyos se han forrado a costa de Cataluña para reclamar a continuación la independencia y lanzar exabruptos contra el resto del país que hacen suyos el actual Govern compuesto por partidos que aportan discrepancia y tensión”.

Sopena hacía suyas las palabras de Tarradellas, quien señalaba que “todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos”. Y deseaba que “ojalá sus palabras lleguen a los oídos interesados en resolver las diferencias y se extienda como el aceite la sensatez y la solidaridad”. Por desgracia, no parece que se haya cumplido en ninguno de los dos bandos.