El mapa electoral catalán ha experimentado cambios muy importantes en los últimos meses, primero en los comicios autonómicos y luego en las elecciones municipales. CiU, tras haberse mantenido al frente del Gobierno de la Generalitat durante casi un cuarto de siglo gracias a sus sucesivos triunfos y haber perdido el poder autonómico durante siete años, no sólo venció con claridad en las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña sino que en los recientes comicios municipales extendió su poder político e institucional como nunca lo había conseguido hasta ahora, conquistando por vez primera la alcaldía de la ciudad de Barcelona y el control de la Diputación de Barcelona, pasando por tanto a presidir las cuatro diputaciones catalanas.

Este espectacular incremento del poder político e institucional de CiU se hizo fundamentalmente a expensas del PSC, que si en las pasadas elecciones autonómicas perdió la Presidencia de la Generalitat, en los últimos comicios municipales perdió también la alcaldía de la ciudad de Barcelona, así como el control de la Diputación de Barcelona y un importante número de alcaldías. A destacar que todo ello se produjo en un contexto en el que el PP avanzó posiciones en Cataluña, haciéndose por vez primera con alcaldías de ciudades importantes como Badalona y Castelldefels, mientras ERC padecía un significativo batacazo electoral e ICV-EUiA mantenía a penas sus débiles posiciones. Los cambios se completaron con la consolidación de la xenófoba y racista PXC en algunos municipios catalanes, el mantenimiento de C's en el Parlamento de Cataluña y la fragmentación de la muy minoritaria representación del movimiento independentista en las instituciones catalanas.

El próximo 20 de noviembre habrá que ver hasta qué punto se consolidan o no estos cambios, esto es si CiU es capaz de vencer al PSC por primera vez en unas elecciones legislativas o si los socialistas catalanes se recuperan de sus dos últimas y muy graves derrotas electorales. Habrá que ver también si el PP deja de ser un partido poco menos que residual en Cataluña, si ICV-EUiA consigue llevar a las urnas a nuevos electores, si ERC recupera o no al grueso del electorado independentista, si PXC se hace un hueco con su cada vez más preocupante discurso xenófobo...

Y habrá que ver sobre todo qué consecuencias tendrán en Cataluña los resultados generales de estas próximas elecciones legislativas. De poco o nada le servirá a CiU su actual gran poder institucional y político si el PP se hace finalmente con la mayoría absoluta, como vaticinan algunas encuestas, mientras que CiU podría ver incrementado su poder si el vencedor final, ya sea el PP o el PSOE, necesita de su ayuda tanto para conseguir la investidura presidencial como para asegurarse la siempre deseable estabilidad parlamentaria.

Jordi García Soler es periodista y analista político