La simultaneidad de los incendios en Cataluña ha desafiado el dispositivo que el Departament de Interior ha diseñado para hacer frente a la campaña forestal de este mismo verano. El temor a las extremas condiciones climatológicas derivadas de la ola de calor y la convergencia de varios puntos de trabajo de extinción han tensionado las labores de los Bombers de la Generalitat. No obstante, y pese a las dificultades mencionadas, se ha logrado la estabilización de dos de los tres incendios (Corbera d’Ebre y Sallent).

Dos dotaciones de unos treinta efectivos trabajan a destajo para sofocar las llamas, intensificando las labores en Castellar de la Ribera y Ogern para estabilizar estos puntos. De hecho, se prevé que ocurra en las próximas horas. No obstante, preocupan los incendios en Lladurs, cercano a Castellar, pues se mantiene estable y con un riesgo elevado de que el fuego devore una considerable masa forestal. Según los bomberos, en torno a un centenar de hectáreas ardió, aunque las previsiones se disparan hasta las 50.000.

También se amplifican los trabajos en Artesa de Segre, con tres zonas contenidas, pero la que avanza hacia el macizo del Montsec es la que aún está descontrolada. 1.300 hectáreas han sido pasto de las llamas hasta el momento, aunque se espera que los agricultores puedan arar una porción mayor de terreno para erigir cortafuegos.

En declaraciones a los medios acompañado por el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, ha explicado que también les preocupa el incendio de Castellar de la Ribera (Lleida), que está a 13 kilómetros de Lladurs, que han conseguido contener su perímetro de 400 hectáreas y en el que seguirán trabajando para estabilizarlo.

En relación al incendio que afecta Artesa de Segre (Lleida), Borrell ha precisado que trabajan para mantener estabilizado el flanco derecho, mientras que no lo han conseguido en el flanco izquierdo.

Un rayo, la causa del incendio de Lladurs

Un rayo de una tormenta del miércoles ha causado este jueves un incendio en Lladurs (Lleida) que ha obligado a desalojar algunas viviendas diseminadas, según ha explicado el alcalde del pueblo, Daniel Rovira.

"El incendio está en una fase en la que sólo pueden trabajar los medios aéreos, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los bomberos están haciendo un gran trabajo y desde el Ayuntamiento hemos intentado sacar a la poca gente que quedaba en el perímetro peligroso", ha afirmado el regidor.

Rovira ha contado que "ha habido polémica porque han ordenado que la gente de las ADF, la gente del territorio que tienen medios, no podían estar en la zona y no todo el mundo lo entiende, para mucha gente es prioritario defender su casa".

También ha explicado que han salido de sus casas 10 o 12 personas y que en el incendio había "un centenar de personas del territorio que trabajaban con sus medios y que han dejado de colaborar en las tareas de extinción".

"Las órdenes vienen de arriba, las acatamos" ha afirmado el alcalde, que ha precisado que se trata de una zona muy grande y de difícil acceso, y que es un municipio con poca población en casas muy dispersas.