La Plaza de Catalunya en Barcelona, lugar del homenaje institucional a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils, ha amanecido con una gran pancarta con un mensaje de rechazo a Felipe VI en inglés. "The Spanish King is not welcome in the Catalan Countries" (El Rey de España no es bienvenido en los Países Catalanes). El mensaje, escrito en letras negras y rojas sobre un fondo blanco, va acompañado de una imagen del Felipe VI colgando boca abajo. Un equipo de montaña de los Mossos d'Esquadra intentó retirar desde aproximadamente las 05:00 de este viernes la pancarta anónima, pero finalmente no lo logró. A estas horas la pancarta sigue colgada.

Aunque ninguna entidad ha reconocido por el momento estar detrás de la acción, en el portal del edificio se encontraban algunos activistas, entre ellos Adrià Alsina, que optó a la presidencia de la Asamblea Nacional de Cataluña, así como tres abogados de la Coordinadora de la Abogacía de Cataluña. Una de las representantes de la Coordinadora, Olga Amargant, ha explicado a Efe que se han personaron en ese lugar a la 01.00 horas de la madrugada para impedir que los Mossos d'Esquadra, que también habían acudido al edificio, impidieran que se colgara la pancarta. "Se trata de un domicilio particular y tienen autorización para colgar la pancarta, por lo tanto si los Mossos hubieran impedido que se colgara estarían vulnerando el derecho a la libertad de expresión y a la inviolabilidad del domicilio particular", ha explicado.

El lugar del homenaje institucional, blindado

La plaza Catalunya está blindada con todos sus accesos cerrados al tráfico y a peatones sin acreditación oficial. La pancarta fue desplegada a última hora del jueves en el último piso, de manera que será visible desde el lugar donde los Reyes, junto con los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, Pedro Sánchez y Quim Torra, homenajearán a las víctimas de los ataques. Los anónimos independentistas que han colgado la pancarta politizan de esta manera un acto de homenaje a pesar de que las propias víctimas habían pedido expresamente que no se las utilizara.