La jornada para recordar, un año después, el referéndum del 1 de octubre en Cataluña, acabó con nuevas imágenes de tensión, aunque en esta ocasión el resultado fue a la inversa. Lo que empezó como un día de protestas pacíficas, acabó con los radicales volviéndose contra el Govern más independentista que ha habido en la Generalitat, porque consideran que han traicionado el espíritu del 1-O y no han desobedecido al Estado español.

El llamamiento de Quim Torra a los CDR para que “apretasen” acabó con el asedio del Parlament catalán por cientos de manifestantes que llegaron hasta las puertas, que fueron empapeladas con proclamas y pegatinas amarillas.

Los Mossos d’Esquadra se vieron sobrepasados por los manifestantes que rompieron el cordón policial y tuvieron que refugiarse dentro del Parlament, al otro lado de las puertas que los radicales estaban golpeando.

Finalmente, los antidisturbios de la policía catalana consiguieron aprovechar un receso de los manifestantes para salir en tromba del Parlament y disolver la concentración.

La concentración ante el Parlament sirvió a la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, para conseguir un minuto de protagonismo en la jornada al tener que salir escoltada del Parlament. Aunque miembros de ERC le acusan de haber preparado su salida en el momento más caldeado.

Al margen de lo ocurrido en el Parlament, otro de los puntos más calientes fue la concentración frente a la Jefatura Superior de Policía en Via Laeitana.

Los manifestantes ante la Jefatura de Policía pedían convertir el edificio en “una discoteca”.

Los Mossos d’Esquadra, que tan alabados fueron por los independentistas hace un año, por su pasividad durante el referéndum, en contraposición con la dureza usada por Policía Nacional y Guardia Civil, han acabado insultados al grito de “fuerzas de ocupación”.

En Girona también se vivieron momentos caldeados, como este momento en que los manifestantes intentan romper el cordón policial frente a la Subdelegación del Gobierno en la capital provincial.