La novedad de este 20-N en Cataluña afectaría principalmente a CiU, que tras sus dos rotundos triunfos electorales en los pasados comicios autonómicos y municipales podría verse superada por el PP, que además podría prescindir del apoyo parlamentario de la federación nacionalista si finalmente obtuviera la mayoría absoluta. El PP, que de la mano y con el apoyo de CiU ha alcanzado ya notables cuotas de poder institucional en Cataluña –comparten el equipo de gobierno de la poderosa Diputación de Barcelona y se intercambian apoyos en municipios tan importantes como los de Barcelona o Badalona-, podría acabar convirtiéndose en un competidor electoral directo para la federación nacionalista.
Si el próximo 20-N se confirma este nuevo triunfo electoral del PSC, el congreso de los socialistas catalanes puede y debe abrir una nueva etapa para este partido, con un nuevo liderazgo y sobre todo con un nuevo proyecto político, inequívocamente de izquierdas, socialdemócrata y catalanista, capaz de recuperar el terreno perdido por los indudables errores cometidos durante los últimos años.
Jordi García-Soler es periodista y analista político