La nueva ofensiva política del Partido Popular en defensa del trasvase Tajo-Segura ha unido esta semana a tres comunidades gobernadas por el PP —Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía— frente a los intereses de Castilla-La Mancha. En una reunión celebrada este lunes en Alicante, el president valenciano, Carlos Mazón, la consejera murciana de Agua, Sara Rubira, y el secretario general del Agua de Andalucía, Ramiro Angulo, han exigido “parar” las nuevas reglas de explotación del trasvase, tildándolas de “ideológicas y partidistas”, pese a que dichas normas

Estas reglas, sin embargo, derivan derivan directamente de las sentencias del Tribunal Supremo que obligan a elevar los caudales ecológicos del Tajo y a garantizar su recuperación ambiental. Pese a ello, Mazón ha acusado al Gobierno de España de promover “caudales políticos” y ha alertado de un supuesto “ataque ecológico” al Levante que, según él, “pondrá en riesgo millones de árboles y empleos”.

El PP valenciano, murciano y andaluz defiende mantener los envíos de agua del Tajo al Segura sin apenas reducción, obviando que el río Tajo lleva más de medio siglo esquilmado y que los embalses de cabecera, Entrepeñas y Buendía, sufren niveles críticos desde hace años.

Page exige un “trasvase cero” y la apuesta por la desalación

Desde Castilla-La Mancha, el presidente Emiliano García-Page defiende que el futuro del Tajo pasa por los trasvases cero, con una apuesta decisiva por la desalación. El líder castellano-manchego lleva años defendiendo que el agua del Tajo no puede seguir siendo la despensa del Levante mientras el río agoniza, y que el futuro del sureste pasa por mirar al mar, no al Tajo.

Page ha insistido en numerosas ocasiones en que el sureste dispone de mar y de tecnología suficiente para garantizar su abastecimiento mediante desaladoras, mientras que Castilla-La Mancha sufre los efectos de décadas de trasvases que han reducido los caudales y dañado gravemente los ecosistemas fluviales.

El Gobierno regional recuerda que las comunidades del Levante deben asumir su responsabilidad hídrica apostando por la reutilización, la eficiencia y la producción de agua desalada, tal como recogen los planes hidrológicos nacionales y europeos. Frente al discurso alarmista del PP valenciano y murciano, Page sostiene que el futuro del agua en España debe basarse en la sostenibilidad, la legalidad y la justicia territorial, no en un trasvase que expolia sistemáticamente al Tajo.

Núñez se alinea con el Levante y deja muda a Castilla-La Mancha

Mientras los gobiernos del PP del Levante y Andalucía atacan las nuevas reglas de explotación, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, sigue optando por guardar un silencio cada vez más incómodo. Un silencio que, según ha denunciado el PSOE regional en más de una ocasión, se ha convertido en complicidad con quienes quieren seguir viviendo del agua del Tajo.

Pero el problema va más allá del silencio. Hace apenas unas semanas, Núñez firmó la llamada “Declaración de Murcia junto a Feijóo, Mazón, López Miras y Moreno Bonilla, un documento en el que el PP se comprometía a “defender el trasvase Tajo-Segura como infraestructura estratégica” y a garantizar la “solidaridad interterritorial” entre cuencas. Lo hizo sin mencionar ni una sola vez el agua para Castilla-La Mancha, ni las seis sentencias del Supremo que reconocen su derecho a más caudal.

Aquella firma supuso vender Castilla-La Mancha para favorecer los intereses hídricos del Levante, alineando al PP regional con los postulados de las comunidades que reclaman más agua del Tajo mientras su propia región sufre los efectos del cambio climático, los periodos de sequía y la pérdida de caudal en los tramos medios y bajos del río.

El PSOE ve en Núñez un líder “rehén de Génova”

El PSOE castellano-manchego sostiene que el PP regional se ha convertido en rehén de Génova y que Núñez prefiere obedecer a Feijóo antes que defender el agua de su tierra. Desde el Ejecutivo autonómico han querido subrayar en más de una ocasión que no hay guerra del agua, sino guerra de intereses, y que Castilla-La Mancha solo pide que se cumpla la ley y se preserve el caudal ecológico del Tajo.

Mientras los presidentes del PP en el Levante se agrupan para frenar las nuevas reglas y seguir extrayendo agua del río, Page mantiene firme su defensa del trasvase cero y la sustitución por desalación. En cambio, el silencio —y ahora la firma— de Paco Núñez confirman que el líder del PP castellano-manchego ha elegido bando, y no precisamente el de su región.