Ha habido que esperar hasta pasadas las 19.00 de la tarde, hora local, para que los países organizadores de esta cumbre de paz radicada en Sharm el-Sheikh (Egipto) estampasen su firma en los primeros puntos del plan de paz entre Israel y Hamás rubricado a finales de la semana pasada. Autoridades de una veintena de países, entre los que se encuentran en representación española el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, han descolocado pacientemente sus agendas hasta la llegada del presidente norteamericano, prevista según el programa oficial a las 14.45 horas y retrasada por su larga presencia en el Parlamento de Israel, donde Benjamin Netanyahu lo ha recibido con honores, aplausos y un cálido mensaje: “Es el mejor amigo que ha tenido Israel en la historia dentro de la Casa Blanca”. 

Tras finalizar su baño de masas en Jerusalén, Trump se ha subido en el Air Force One con destino a la ciudad egipcia donde Abdelfatá al Sisi, presidente egipcio, le esperaba con los brazos abiertos en su condición de anfitrión tras engalanar todo el trayecto entre el aeropuerto y el centro de convenciones donde ha tenido lugar el evento con fotografías de ambos y lemas triunfalistas como “together for peace” o “the land of peace”. El reconocimiento al magnate norteamericano no acabaría ahí, con un paseíllo de todos los líderes presentes al más puro estilo besamanos agradeciéndole su labor en la confección del tratado. El presidente español, Pedro Sánchez, no ha sido una excepción, mostrando un trato cordial y recíproco con el inquilino de la Casa Blanca pese  a que en las últimas horas éste amagase con reclamar nuestra expulsión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Tras estos excesos protocolarios, diseñados al milímetro por Washington, ha llegado el momento de que Estados Unidos, Catar, Turquía y Egipto rubricasen un acuerdo tan esperanzador como poco claro en algunos de sus puntos. No obstante, las impresiones de los presentes son positivas, con voluntades a medio plazo tan aspiraciones como el alto el fuego definitivo o el fin de las hostilidades. No será fácil, reconocen los presentes, pero la voluntad es inequívoca (al menos por ahora y a la espera de ver cómo avanzan las negociaciones en el resto de puntos calientes de un pacto por la paz con demasiados interrogantes). 

En lo que respecta a la delegación española, representada por un Pedro Sánchez que ha podido observar desde primera fila cómo se estampaba la firma en el acuerdo, el mensaje ha sido el mismo desde que el presidente y el ministro embarcasen antes de que saliese el sol junto a una veintena de periodistas acreditados a esta cumbre por la paz: “Con esperanza. Conscientes de los desafíos que la ejecución del Plan de Paz conlleva, pero con mucha voluntad de que se avance hacia una paz definitiva”, explicaban fuentes de presidencia a los medios presentes. “La liberación de los rehenes y de los presos es una gran noticia. También celebramos la entrada de ayuda humanitaria y la prioridad ahora es que esta llegue de forma urgente y masiva”, proseguían estas mismas voces.

Mismas conclusiones que las trasladadas por el ministro Albares desde Sharm el-Sheikh: “Hoy es un día de celebración y de felicidad porque por fin 20 rehenes israelíes se encuentran ya de vuelta en sus casas. Sus familiares y amigos han podido abrazarles. Además, ha comenzado a entrar la ayuda humanitaria de manera masiva a la franja de Gaza para terminar con la hambruna, para poder atender a las necesidades esenciales y más básicas”, ha asegurado el ministro a los periodistas que han acompañado a la representación diplomática española. 

Albares, que no ha esquivado ninguna pregunta, ha asegurado que España se mantiene firme en su postura de condena al genocidio, así como en la solución de los dos estados como única vía posible para alcanzar la paz duradera y real en el territorio: “Tenemos que trabajar para consolidar este alto el fuego, para conseguir que sea definitivo, que sea el primer paso de una paz definitiva”, ha sentenciado.

Trump y Al Sisi ensalzan el primer paso para la paz

Mientras el presidente de Egipto ha recodado que la hoja de ruta de paz para Oriente Próximo empezó “hace casi medio siglo”, cuando su país dio “pasos firmes sin precedentes” e inició “una histórica visita a Jerusalén”, subrayando que el pueblo palestino tiene “derecho a la autodeterminación” y a “aspirar a un futuro sin guerras”, Donald Trump ha destacado que “la guerra de Gaza ha terminado”, un hito que según ha afirmado parecía “impensable” y que ha abierto la puerta a la “paz en Oriente Próximo”.

El presidente estadounidense, a su vez, ha afirmado que espera que el acuerdo que él mismo promovió entre Israel y Hamás suponga “más que el fin de la guerra de Gaza” y marque “un nuevo comienzo para todo Oriente Próximo”, consolidándose como una región “fuerte, estable y próspera”, en la que todos los países “rechacen el terrorismo de una vez por todas”.

“He leído en muchas ocasiones que la III Guerra Mundial empezaría en Oriente Próximo. No va a pasar”, ha sentenciado Trump al respecto, planteando entre los nuevos retos a corto plazo “restaurar lo básico” para la población gazatí y avanzar en la reconstrucción, para lo que ha afirmado que la Franja debe estar “desmilitarizada”.

El diálogo por la segunda fase del plan, en marcha

Donald Trump, a su llegada a la ciudad egipcia, aseguraba que la segunda fase de las negociaciones para el acuerdo de Gaza ya ha comenzado, tras acordar la pasada semana la primera etapa que este lunes se ha firmado. “Han comenzado, hasta donde yo sé, cara a cara”, declaraba el republicano, señalando a su vez que las fases están, en la práctica, “un poco entremezcladas” entre sí.

Al Sisi, por su parte, elogiaba a Trump por ser el “único capaz de poner fin a la guerra” entre Israel y Hamás. “Lo que debemos hacer ahora es consolidar el alto el fuego y asegurarnos de que se mantenga y perdure, para que podamos entregar todos los cuerpos restantes de los fallecidos a sus familias. Esto es fundamental. Es necesario traer más ayuda humanitaria y colaborar estrechamente en el seguimiento del alto el fuego”, subrayaba.

Trump, a su vez, catalogaba de “líder poderoso” a Al Sisi, remarcando que Hamás “respeta” a ese país y respeta “a los líderes egipcios”: “Ha jugado un papel muy importante. Lo aprecio mucho”.

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