Manzanares (Ciudad Real) ha empezado a cerrar un capítulo trágico de su historia. En silencio, entre tierra removida y huesos que susurran décadas de olvido, el cementerio municipal ha vuelto a ser escenario de una verdad escondida: la de los hombres y mujeres asesinados por el franquismo y enterrados sin nombre, sin justicia, sin duelo.
La localidad manchega ha acogido este miércoles una visita institucional a la cuarta y última fase del proyecto de exhumación de fosas comunes, impulsado por el Ayuntamiento y cofinanciado por el Gobierno de España y la Junta de Comunidades. El alcalde Julián Nieva, la directora general de Memoria Democrática del Gobierno de España, Zoraida Hijosa, y el vicepresidente segundo de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, han querido acompañar los trabajos en marcha, dirigidos por la empresa Drakkar Consultores.
Esta fase final contempla la apertura de las últimas ocho sepulturas. En ellas, se estima que yacen los restos de 136 personas. La previsión es que los trabajos concluyan en marzo de 2026, momento en el que, una vez realizados los estudios de ADN, se procederá a la identificación y entrega de los restos a sus familias, que durante generaciones han esperado este gesto de justicia y reparación.
"Obligación moral y política"
Para el alcalde Julián Nieva, este proceso ha sido más que un compromiso administrativo: ha sido, ha dicho, una "obligación moral y política". Una forma de devolver a las víctimas "la dignidad que les arrebataron" y de honrar la memoria de quienes defendieron la libertad frente al totalitarismo. Nieva ha agradecido el apoyo y compromiso del Ejecutivo central y del regional, remarcando que "Manzanares ha hecho lo que debía".
Desde el Gobierno de España, la directora general Zoraida Hijosa ha recordado que este proyecto ha contado con una aportación estatal de 275.000 euros mediante una subvención nominativa del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática. Hijosa ha destacado que este tipo de actuaciones no serían posibles sin voluntad política, y ha elogiado tanto al equipo de Gobierno municipal como a la Junta de Comunidades por su empeño en "dignificar y reparar" a las víctimas.
En esa misma línea, el vicepresidente José Manuel Caballero ha reivindicado el compromiso de la Junta con una política integral de memoria democrática, que va más allá de las exhumaciones. Caballero ha subrayado también la importancia del componente pedagógico, especialmente para los jóvenes, a través de iniciativas culturales como la obra "Bajo la tierra que pisamos", coproducida junto al Ayuntamiento y la UCLM; la exposición itinerante "El cuerpo ausente", y el inminente estreno de una película centrada en la memoria histórica.
Cuatro exhumaciones para recuperar 270 víctimas
Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre administraciones y a la implicación constante de la sociedad civil. Desde 2021, el cementerio de Manzanares ha acogido cuatro fases de exhumaciones. En la primera, se recuperaron 32 cuerpos, de los cuales 14 fueron identificados. En 2022 se exhumó una fosa con 13 represaliados, seis identificados. La tercera fase, en 2024, permitió recuperar los restos de 89 personas, que actualmente están siendo analizados. Con esta última intervención, se alcanzará la cifra total de 270 cuerpos exhumados.
La empresa Drakkar Consultores ha trabajado en estrecha colaboración con el Colectivo Memoria Histórica de Manzanares (MHM), así como con descendientes de las víctimas, con el objetivo de identificar al mayor número posible de represaliados. Se ha hecho un esfuerzo constante por localizar familiares, muchas veces dispersos por todo el país o incluso fuera de él, para permitir que los restos puedan descansar, al fin, junto a sus seres queridos.
En un contexto donde la ultraderecha niega, trivializa o desprecia estas iniciativas, el ejemplo de Manzanares adquiere mayor relevancia. Mientras PP y Vox se oponen abiertamente a la Ley de Memoria Democrática, y algunos gobiernos locales incluso retiran placas o paralizan exhumaciones, esta ciudad manchega ha apostado por mirar al pasado con dignidad, por escuchar a quienes durante décadas han guardado silencio, por demostrar que la reparación no es venganza, sino justicia.