Junts per Catalunya se ha quitado definitivamente la máscara y se ha alineado con PP y Vox para impedir la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin recorte salarial. La votación prevista para este miércoles en el Congreso de los Diputados ha dejado en evidencia la naturaleza conservadora de la formación independentista, que ha confirmado su rechazo frontal a una de las medidas sociales más relevantes de la legislatura.
Desde el Gobierno de Emiliano García-Page, su portavoz, Esther Padilla, ha sido contundente en su valoración. "Ya llevamos avisando desde hace tiempo que Junts es un partido de derechas que va a intentar torpedear todo lo que tenga que ver con la izquierda". En la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno regional, Padilla ha lamentado que "las derechas" se hayan unido para tumbar políticas progresistas que afectan de lleno a millones de trabajadores y trabajadoras.
Según ha recordado, "lo del PP y Vox se sabía en toda España", pero el rechazo de Junts, insistió, no debería sorprender a nadie. "Algunos ya lo veníamos avisando: Junts no está a favor del progreso del país". Con esta frase, Padilla ha querido subrayar que desde el inicio de la legislatura se sabía que "no hay una mayoría progresista en el Congreso" porque la formación catalana actúa como fuerza de bloqueo junto a las derechas.
Posición crítica de Page hacia Junts
La posición crítica de la Junta de Comunidades con respecto a Junts no es nueva. Emiliano García-Page ya ha arremetido en anteriores ocasiones contra los pactos con este partido. En el debate sobre competencias migratorias, el presidente autonómico consideró que aceptar la cesión a Cataluña suponía un bochorno y una hipocresía tremenda, acusando a Junts de practicar un discurso racista y excluyente. Más adelante, ante los acuerdos en materia de acogida de menores, llegó a calificar la negociación de "insultante", alertando de que era la prueba de que el que realmente manda es Puigdemont.
Esos antecedentes explican que en el Ejecutivo castellano-manchego no haya sorpresa ante el rechazo de Junts a la reducción de la jornada laboral. Para Padilla, lo del PP y Vox era esperado, pero lo verdaderamente significativo es que Junts se haya sumado con total naturalidad a esa alianza de bloqueo.
La portavoz ha remarcado que, en consecuencia, "no hay una mayoría progresista en el Congreso", porque Junts actúa como un partido más de derechas. Con ello, ha querido advertir que cualquier iniciativa de carácter social o laboral impulsada desde el Gobierno central tendrá que enfrentarse a un triple muro parlamentario: el de PP, Vox y la propia formación independentista.
Padilla ha cerrado su intervención recordando que la estrategia de Junts no se explica por la coyuntura, sino por una trayectoria que viene de lejos. "Creo que hay gente que se ha dado cuenta ahora, pero lo ha sido siempre", ha sentenciado, convencida de que la formación catalana ha dejado definitivamente claro que juega en el mismo campo político que las derechas tradicionales.