Han vuelto a hacerlo. Han vuelto a echarse atrás en el momento de la verdad. Es como si la rectificación sorpresiva y a última hora empezara a formar parte de la imagen de marca de Vox Andalucía, cuya dependencia jerárquica de la dirección nacional del partido pone a sus diputados autonómicos en situaciones tan embarazosas como la vivida ayer.

Con solo 24 horas de diferencia, el portavoz Manuel Gavira se comprometió a una cosa e hizo la contraria. El martes prometió a respaldar la iniciativa socialista de convocatoria de un Pleno extraordinario y monográfico sobre la situación de la sanidad y el miércoles cambió su sí por una abstención que impedía la celebración del Pleno.

La razón aducida por Gavira es que en ese Pleno solo tendría derecho a intervenir el Partido Socialista como promotor de la iniciativa. Así lo prescribe el Reglamento de la Cámara, por lo que, de ser sincero el argumento de Gavira, habría que concluir que el portavoz del grupo parlamentario ultra desconoce las reglas que rigen el Parlamento del que forma parte.

Otra explicación posible del viraje ultra es que a su dirección nacional le hubieran temblado las piernas después de que el presidente Juan Manuel Moreno amenazara con adelantar las elecciones si "la pinza política de Vox y el PSOE" bloqueaba la acción del Gobierno. Los de Abascal parecen ser particularmente sensibles a la acusación del PP de que no tienen inconveniente en pactar con los socialistas con tal de lograr su propósito de derribar al 'Gobierno del cambio'.

Puesto que desde hace meses viene reclamando que se adelanten las elecciones, en buena lógica Vox debería sumarse a todo aquello que favorece sus pretensiones. De ahí la sorpresa que causó en el resto de grupos una rectificación como la de ayer que da oxígeno al Ejecutivo en un asunto crucial como la sanidad que se ha convertido en el talón de Aquiles de San Telmo. 

Finalmente no tendrá lugar, pues, la temida sesión extraordinaria para abordar temas relativos a la situación de la sanidad en la comunidad autónoma, que será analizada por sus señorías en una sesión extraordinaria de la Comisión de Salud y Familias, ante la que comparecerá el consejero Jesús Aguirre.

La propuesta no salió adelante porque PP y Cs la rechazaron, y solo PSOE y Unidas Podemos por Andalucía votaron a favor. Al no tener grupo propio, los diputados no adscritos que lidera Teresa Rodríguez no pudieron participar en la votación y la abstención de Vox fue suficiente para impedir que la iniciativa saliera adelante.

A la vista del viraje de Vox, la portavoz de Unidas Podemos por Andalucía, Inmaculada Nieto, planteó a la presidenta de la Cámara –reunida para la ocasión en su versión reducida de Diputación Permanente– sumarse a la propuesta de convocatoria de Pleno, suscrita inicialmente solo por los 33 diputados socialistas. En tal caso, al no pertenecer ya la iniciativa solo a uno de los grupos parlamentarios, ello habría permitido la intervención en el Pleno de todos ellos. 

La presidenta de la Cámara, Marta Bosquet (Cs), rechazó la propuesta: "No me voy a inventar lo que no viene en el Reglamento", zanjó Bosquet en una decisión respaldada por el letrado de la Cámara y que favorecía al Gobierno, que se viene resistiendo con todas sus fuerzas a que la deteriorada situación sanitaria acapare los focos del debate parlamentario.

El Ejecutivo atribuye exclusivamente a la pandemia lo que la oposición denomina “colapso de la atención primaria y las urgencias”, mientras que tanto los partidos de la izquierda como Vox y las organizaciones sindicales y profesionales culpan también y sobre todo de la situación a la racanería del Gobierno a la hora de destinar recursos a la sanidad pública.