La capciosa pregunta retórica sobre prostitución de menores tuteladas en Mallorca que la diputada Ángela Mulas dirigió ayer en el Parlamento andaluz a la bancada de la izquierda arrancó airadas protestas de diputados de PSOE y Adelante que la vicepresidenta de la Cámara Esperanza Oña afeó pidiéndoles “un poquito de moderación”, aunque no pareció encontrar motivo de reproche en estas frases de Mulas que habían indignado a las izquierdas:

“¿Hablan ustedes en su PNL de explotación sexual y se niegan a investigar a las menores prostituidas en Mallorca? No tienen vergüenza (…) Han votado en contra de investigar la prostitución en centros de menores, ¿por qué lo han hecho? ¿Quizás es que los clientes eran de su partido? ¿O quizá eran ustedes responsables de esas niñas?”.

'Señor presidente'

Esperanza Oña (PP) estaba en esos momentos del Pleno sustituyendo a la presidenta Marta Bosquet, que tampoco ayer tuvo su mejor día y que, pese a llevar ya un año como primera autoridad del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, no acaba de encontrar el tono ni la equidistancia exigibles a un presidente cuando sus señorías no se comportan como tales.

La intervención de Mulas se produjo durante el debate de la Proposición No de Ley (PNL) de apoyo al movimiento feminista con motivo del 8-M, Día Internacional de las Mujeres, que finalmente se aprobó con los votos de los todos los partidos salvo Vox. El PP la suscribió en su mayor parte, aunque rechazó algunos de sus puntos.

Al igual que hiciera días atrás el senador ultra Jacobo González-Robatto, que se dirigió a la presidenta del Senado Pilar Llop como “señor presidente”, la diputada Mulas comenzó su intervención de ayer con un intencionado “gracias, señor presidente” ante el que Esperanza Oña no siguió los pasos de su homóloga de la Cámara Alta, quien, tras concluir González-Robatto su alocución, le dio las gracias con un oportunísimo “gracias, señora senadora” que hizo las delicias de la parroquia presente en el palacio de la madrileña plaza de la Marina.

Feminismo bueno, feminismo malo

La intervención de la diputada de extrema derecha, que sus compañeros de partido aplaudían en los momentos para ellos más brillantes y para el resto de la cámara más extravagantes, fue una sucesión de ataques al “feminismo radical”, que Mulas opuso al “feminismo original”.

Mejor escrito que pronunciado, aunque sin dejar de sujetar ni un momento la brocha gorda ultraderechista, el discurso de Mulas no dejó títere con cabeza en sus andanadas contra “este feminismo supremacista, victimista, de mujeres ofendiditas, vengativas, revanchistas, odiadoras, un feminismo que no nos representa a las mujeres andaluzas, trabajadoras, madrugadoras, responsables” y a cuyas defensoras “todos sabemos que lo único que les interesa es mantener sus chiringuitos”.

Tras recalcar que el feminismo “neomarxista” de la izquierda “se ha inventado un enemigo que no existe, el malvado heteropatriarcado”, Mulas se burló de las “consignas zafias impropias de mujeres inteligentes”, como la de ‘Sola y borracha, quiero llegar a casa’, y ridiculizó la PNL porque en ella vendrían a contenerse “los diez mandamientos” del peor feminismo, que ella resumió en dos: “Amarás la subvención sobre todas las cosas y al chiringuito como a ti misma”.