‘Cuenca pone al mundo mirando a Granada’ es la campaña del actual alcalde nazarí, el socialista Francisco Cuenca, que está en boca de todos. Sin foto del aún regidor, sin logo del PSOE, solo el juego de palabras cómico con el ‘Ponerte mirando a Cuenca’, ya sabes, un giro retórico sexual.

La cartelería que inunda las calles de Granada es para unos genial y para otros soez y vulgar; está claro que estamos ante el último ejemplo de la evolución de las campañas electorales en función del impacto en redes sociales y su viralización.

La llamada cultura del meme se ha asentado ya en esta campaña, el fenómeno es imparable, lo sabe Francisco Cuenca en Granada, Rita Maestre en Madrid, Clara Martín en Segovia y muchos más casos que están revolucionando el mundo de la comunicación política y la manera en la que la sociedad se acerca a un proceso electoral.

En Granada, Francisco Cuenca propone una campaña provocadora para contrarrestar el “efecto Carazo”, la candidatura popular de la consejera de la Junta de Andalucía, Marifrán Carazo, cuya campaña se basa en más estándar ’Nos une Granada’.

Eso sí, la candidata popular tampoco se libra del revuelo ya que su cartelería habría, según la izquierda granadina, infringido los plazos que delimita la Ley del Régimen Electoral (Loreg) mezclando su cargo como consejera de Fomento, Territorio y Vivienda con su propia candidatura a la alcaldía.

“Las acciones de guerrilla y las campañas de contraste son fundamentales en una campaña electoral, las primeras para sorprender a los rivales y las segundas para diferenciarnos de ellos”, reflexiona el fundador y director de Redlines, César Calderón.

Redlines se coronó en los últimos Napolitan Victory Awars, los ‘Óscar’ de la comunicación institucional y política. Sin embargo, para Calderón, esta campaña no es positiva, ya que lo que transmite es que es un “candidato frívolo, cosa que Paco Cuenca no es en absoluto”.

Para Ana Salazar, directora de la empresa de comunicación y estrategia política IDUS3, la campaña obedece a criterios distintos, “trata de viralizarse y llamar la atención no en Granada, sino a nivel nacional”.

Un repaso por las elecciones municipales evidencia que el clásico triángulo comunicacional, compuesto por el nombre y el rostro del candidato, las siglas políticas y la ciudad está evolucionando. Cada vez hay más candidaturas en las que no aparece el logo del partido, lo que obedece al balance entre el grado de penetración y conocimiento que tiene la marca personal del candidato y el peso en determinado momento de las siglas del partido al que pertenece, “en Granada, Cuenca ya es alcalde, creo que por eso se apuesta por la marca personal del candidato, pero con más juego y creatividad”, analiza Salazar.

La polémica de Granada no es única. ‘Lo va a hacer Rita’ en Madrid, los carteles de película de ‘Momento Madrid’ de Almeida o ’Madrid DC’ de Villacís, el ‘Clara –mente– comprometida con Segovia’ de Martín que evoca a la canción de Shakira… todos ofrecen distintos recursos y juegos para estas municipales. La dinámica en la que todos coinciden es lograr que se hable de la campaña, aunque eso implique riesgos.

“Siempre hay que hacer una valoración de los riesgos, hay que valorar si una campaña puede matar una candidatura”, reflexiona Ana Salazar, con quien repasamos campañas y estrategias fallidas, poniendo el foco en la mediática Madrid. Destaca la estética de Almeida en su cartelería que confluye con muchos capítulos de anécdotas en los que el alcalde da balonazos a niños, es arrojado al vacío por bomberos, ofreciéndose como carne de meme. “Hay un mercado de la atención por el que se compite, pero llamar la atención a cualquier precio no es positivo”, apunta.

Ante el aluvión de eslóganes pegadizos, cabe preguntarse si estamos llevando la política hacia la banalización en pos de la viralización. Si priman mensajes como cebo en el mercado de la atención, mensajes más complejos quedan en un segundo plano. De hecho, hay casos conocidos de presidencias que han ganado elecciones sin difundir su programa electoral, por ejemplo.

Salazar valora que hay mensajes para cada fase de la comunicación. En el mundillo es el storytelling, el contar una historia, presentando primero al candidato, su eslogan y su programa posteriormente. Sin embargo, Calderón lamenta la falta de profundidad, “si queremos que los ciudadanos se tomen en serio las elecciones convendría que los políticos se tomasen en serio las campañas”, señala.

En cualquier caso, a nadie se le escapa que estas estrategias tratan de captar el voto, aunque por estar en fase pre-electoral, los carteles no pueden incluir aún el llamamiento ‘VOTA A’. 

Y de nuevo aquí, Francisco Cuenca es protagonista. El regidor nazarí sabe manejarse en esa dualidad entre la frivolidad o la innovación. El año pasado se hizo viral por ser uno de los primeros regidores en TikTok. Su cuenta ofrece desde actos institucionales, a momentos de su actividad como regidor, pero también presenta a su gata echada en la cama o in baila a ritmo de Rosalía.

@pacocuencagr Aceptamos el reto @rosalia #rosalía #despechá ♬ sonido original - Paco Cuenca

TikTok e Instagram son la pista de baile en la que los políticos quieren atraer el caladero del voto joven. “Es un voto esencial, ten en cuenta como marca impronta el primer voto”, apunta Salazar. Movilizar el voto joven es una aspiración de toda campaña electoral y los últimos datos de participación parecen dar la razón a las nuevas vías comunicativas, con una creciente conciencia y participación política entre los 18 y 29 años.