No es la primera vez que los expertos alertan contra el uso indiscriminado de petardos y pirotécnica en general por el daño que ocasionan a los animales domésticos, especialmente los perros.
La última llamada de atención ha sido del presidente del Colegio de Veterinarios de Málaga, Antonio Villalba, que ha pedido reducir el uso de artefactos pirotécnicos durante Nochevieja porque ocasionan “molestias a personas mayores, enfermas y bebés; y el daño aumenta en el caso de perros, gatos y aves, hasta el punto de que el fuerte ruido de la pirotecnia puede producir infartos o brotes de enfermedades como la epilepsia".
Villalba recalcaba que “se trata de un problema grave que requiere de una necesaria concienciación por parte de los aficionados a los cohetes y petardos respecto a los efectos adversos y peligrosos que, sin querer, pueden ocasionar". Hay que recordar, subrayaba el experto en un comunicado, que un perro tiene cuatro veces más capacidad auditiva que una persona, por lo que el ruido de un cohete "llega a producirles auténtico terror".
También muy habitual que las mascotas más sensibles a este tipo de ruidos sufran taquicardias, temblores, náuseas, pérdida del control, e incluso el fallecimiento. "Merece la pena que antes de encender la mecha, los usuarios de cualquier tipo de pirotecnia se lo piensen dos veces", apuntaba.
Villalba rabmién recomendaba a los dueños de estas mascotas que, aparte de unirse a esta reivindicación, procuren, en la medida de lo posible, evitar el malestar de los animales no dejándolos solos cerca de un lugar en el que habitualmente se use pirotecnia; buscarles algún sitio en casa en el que puedan sentirse más protegidos cuando se den este tipo de episodios; evitar pasear por sitios donde pueden lanzarse petardos o fuegos artificiales; ayudarles con masajes tranquilizadores, o ponerles música relajante y jugar con ellos para intentar desviar su atención del foco que les asusta.