Cada vez es más habitual realizar compras en formato e-commerce para que los usuarios puedan adquirir lo que necesitan sin tenerse que mover de casa. Internet, la amplia red global, está ya creando nuevos sistemas de compra como las ya conocidas tarjetas prepago. Este método innovador reduce el riesgo de las operaciones en un mercado que ofrece miles posibilidades de intercambio. Esta vez el formato es online y con una tarjeta de crédito que se recarga con el dinero que el usuario elija en cada momento. Un ejemplo claro es la popular Paysafecard, la tarjeta online más usada en  toda Europa,  que ha demostrado que poco a poco se están imponiendo otras posibilidades de pago distintas a las convencionales. Para su funcionamiento no necesitamos dar datos imprescindibles de nuestra cuenta de banco. Tampoco los dígitos privados de nuestra visa, ya que funciona como una tarjeta de recarga con una determinada cantidad para realizar compras en los diferentes portales y tiendas online. Esta medida está disponible en 30 países y se ha convertido en una importante alternativa para la compra en internet. En España, ya hay un 30% de la población que utiliza la compra online por encima de la venta tradicional directa en tienda. Sin embargo, aún nos queda mucho por avanzar dentro de este terreno en nuestro país. Los últimos datos del INE sobre la  “Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares” destacan que “el porcentaje de personas que ha comprado por Internet en los últimos tres meses ha experimentado una subida de 4,6 puntos en el último año con una incorporación de 9,5 millones de personas a este hábito”. Entre los productos más demandados se encuentra el alojamiento de vacaciones, otros servicios para viajes, material deportivo, ropa y entradas para espectáculos. Sin embargo, lo que conocemos como comercio electrónico genera aún mucha inseguridad en los usuarios. El CIS afirma, en una reciente encuesta, que todavía más de la mitad de la población se siente insegura a la hora de gestionar sus compras de forma virtual. Además del riesgo de fraude, existe la posibilidad de que el pago, al ser un trámite electrónico, sea interrumpido. La falta de información al respecto hace que en España se produzcan cada día 600.000 intentos de pago frustrados por la falta de apoyo en estos trámites. Ante esta realidad, empresas como Mastercard están doblando esfuerzos por generar servicios de garantía dentro del área del comercio electrónico, ofreciendo también tarjetas virtuales que  permiten a sus clientes proteger sus compras.