Se diría que los socialistas andaluces no se han tomado vacaciones en agosto. Durante todo el mes se han ido sucediendo comparecencias de prensa de distintos dirigentes en diferentes provincias para transmitir el mensaje de que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, no estaba haciendo bien sus deberes para combatir el Covid-19.

Susana Díaz, Juan Cornejo, José Fiscal, Antonio Ramírez de Arellano, Francisco Conejo, Beatriz Rubiño, Juan Pablo Durán, Carmelo Gómez, Felipe López, José Luis Sánchez Teruel, Javier Fernández… son parte de la nómina de socialistas que en las últimas semanas han ido pasándose el testigo para airear los fallos y debilidades del Ejecutivo autonómico en pleno rebrote de los contagios y con el curso escolar a la vuelta de la esquina.

Sobresaliente en polarización

Al contrario de lo que hiciera el Partido Popular de Pablo Casado durante el estado de alarma, cuando decidió aprovechar políticamente la pandemia para desgastar sin piedad al Gobierno de Pedro Sánchez, los socialistas andaluces mantuvieron en los meses iniciales de la guerra contra el virus un perfil de oposición inusualmente bajo.

Cuando se decretó el fin de la alarma, comenzó la desescalada y San Telmo fue recuperando sus competencias, Susana Díaz y los suyos decidieron que la tregua había terminado. La oposición que los socialistas vienen haciendo a Moreno en las últimas semanas empieza a parecerse a la que los populares nunca han dejado de hacerle a Sánchez.

Tanto un presidente como otro han cometido sin duda errores, pero la envergadura inconmensurable del desafío sanitario y socioeconómico al que se enfrentan tal vez aconsejaría una cierta mesura desde la oposición que, seguramente, muchos ciudadanos agradecerían.

El PP de Casado ha estado alimentando deliberadamente una polarización civil que, engordada por los bulos ultraderechistas que inundan las redes sociales, se refleja incluso en las encuestas. La conocida esta semana, realizada en distintos países por Pew Research Center, refleja una división de opiniones sobre la gestión gubernamental de la pandemia que casi calca los porcentajes electorales: el 54% de los españoles considera que ha sido buena o muy buena (15,6%, 37,9%), mientras el 47% la califica de mala o muy mala (20,7%, 25,6%), uno de los porcentajes más altos de los registrados en 14 economías avanzadas de todo el planeta.

De hecho, España es el país europeo más dividido sobre la respuesta nacional de la crisis junto con el Reino Unido, donde sólo el 46% de los encuestados considera que la gestión ha sido buena y un 54% la califica de mala. La polarización española es similar a la de Estados Unidos, donde un 47% respalda la gestión de Donald Trump, frente al 52% que opina lo contrario.

¿Dónde está Juanma?

La última comparecencia para desplegar el argumentario socialista contra Gobierno andaluz la protagonizaba ayer el exconsejero de Fomento y portavoz en la Comisión de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local en el Parlamento andaluz, Felipe López, que apelaba al incremento preocupante de contagios de los últimos días: "Ayer teníamos los datos que reflejan la incidencia más dura de la pandemia. ¿Dónde está el presidente de la Junta de Andalucía en un momento tan complicado como este?".

En efecto, Andalucía registró un fallecido y un incremento de 816 nuevos casos de Covid-19 confirmados por PCR, segunda cifra más alta desde el pasado 30 de marzo. La Consejería de Salud ha contabilizado 40 brotes en la última semana en la comunidad con 286 casos asociados a ellos.

Los casos activos de coronavirus en Andalucía actualmente son 12.545 repartidos así: Almería 2.785, Cádiz 1.188, Córdoba 1.177, Granada 1.428, Huelva 195, Jaén 439, Málaga 3.884 y Sevilla 1.449.

López afeaba a los dirigentes del PP y Ciudadanos que hubieran “olvidado que salud, educación y dependencia son competencia de los gobiernos regionales". Remachaba el dirigente jiennense que, en vez de hacer su trabajo, "las derechas están más centradas en destruir al Gobierno de la nación", un reproche que también podría hacérsele al PSOE si no empieza a adelgazar un poco la brocha gorda con que viene pintando la titubeante gestión de la Junta de Andalucía.

Un pacto esperanzador

Está por ver si el pacto alcanzado ayer por el Gobierno central y las autonomías para unificar criterios en la vuelta al cole apacigua la pulsión opositora tanto del PSOE como de Adelante Andalucía, muy críticos ambos con la gestión del consejero Javier Imbroda, que a los imponderables propios de la pandemia y comunes a todos los países ha sumado de su propia cuenta, según la comunidad educativa, algún que otro desahogo en el discurso y cierta querencia rehuir la primera línea de fuego.

Mientras, el presidente de la Junta ha convocado la próxima semana a los portavoces de los grupos parlamentarios a una ronda de reuniones para abordar los asuntos más urgentes de cara al inicio del nuevo periodo de sesiones, especialmente todo lo relacionado con la pandemia, como el inicio de curso y las situaciones sanitarias, social y económica de la comunidad.

El martes 1 de septiembre, por la tarde, recibirá en el Palacio de San Telmo a los representantes parlamentarios de PSOE, PP y Cs, mientras que el miércoles 2, también por la tarde, se reunirá con los de Adelante Andalucía y Vox.

Precisamente el Consejo de Gobierno celebra este viernes una sesión en la que abordará, entre otras cuestiones, el protocolo de actuaciones ante posibles casos de Covid-19 en los centros educativos públicos andaluces y la ampliación "extraordinaria" de la plantilla docente de la Administración educativa, de cara al nuevo curso escolar, en que prevé incorporar a 6.300 profesores adicionales, 152 personas de apoyo y refuerzo y unas 1.600 personas más para tareas de limpieza en los centros: unas cifras que padres, profesores y oposición consideran escandalosamente insuficientes.