Motril está en el ojo del ‘huracán Rubiales’. La ciudad en la que creció el presidente suspendido de la RFEF está invadida por medios de comunicación, atraídos por la huelga de hambre de Ángeles Béjar, la madre de Rubiales, que permanece a estas horas encerrada en la iglesia Divina Pastora de la localidad costera de Granada.

La madre de Rubiales, escoltada por su sobrina, pide a Jenni Hermoso que “diga la verdad” y acusan a la prensa de la crisis. Es la mejor manera que la familia encuentra para defender la gestión de su hijo: acusar a la víctima de indeseado beso de mentir y, a la prensa, de dar eco al Rubiales Gate. Esta particular visión que reina en el mundo Rubiales era secundada por decenas de manifestantes.

A las puertas de la iglesia, entre 150 y 200 personas llegaron a apoyar en su momento más álgido a Rubiales este lunes 28 bajo lemas como 'Stop cacería contra Rubiales' o 'Jenni, ¿por qué no dices la verdad?’. La policía local cortó el tráfico y, por suerte, no hubo incidentes. Esta concentración pasa por ser un oasis en el clamor nacional que pide el fin de la era Rubiales al frente del fútbol nacional… pero no representa el sentir de la localidad.

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“El pueblo no está dividido. En esta ciudad viven unas 60 mil personas y allí no había más de 150 manifestantes”, relata a El Plural el activista Francis Torcuato. Su presencia en la concentración acaparó las miradas. Su aparición como único ‘contramanifestante’ despertó el recelo de los cuerpos policiales que custodiaban a los defensores de Rubiales.

Me obligaron a identificarme y me pidieron que me retirara, pero eran los manifestantes los que estaban ocupando la vía pública con una concentración no autorizada por la Delegación de Gobierno”, explica Torcuato, El activista iba ataviado con una bandera LGTB como falda y con una camiseta en la que podían leerse mensajes como ‘No apoyo a Rubiales. No al machismo. No al abuso’ por la parte frontal y ‘Luis Chamorro, que se le quite la medalla de oro a Rubiales’.

Mientras atiende a este periodista, las voces de fondo señalan a la alcaldesa de Motril con un “¡los muertos de la alcaldesa por tortillera!”. Esta ira contra la regidora se explica por el posicionamiento del Ayuntamiento motrileño en contra de Rubiales. Sin embargo, la postura generalizada en la localidad es de expectación y solo las decenas de defensores de Rubiales se posicionan públicamente. “La gente no quiere salir a la calle a rechazar a Rubiales porque aquí aún hay mucho clientelismo”, dice Torcuato.

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El padre de Rubiales fue alcalde de Motril durante ocho años, “enchufó y colocó a mucha gente. Hay ciudadanos que juran lealtad eterna por un contrato de seis meses para el Ayuntamiento, y lo mismo pasas con la RFEF”, lamenta el activista, que echa de menos más manifestantes como él, en contra de Rubiales y en contra de la “ocupación de la iglesia por Ángeles Béjar. He hablado con el arzobispado, pero no van a mover un dedo porque los Rubiales continúan siendo una familia influyente”.

Cuestionado si ha llegado a sentirse intimidado por los defensores de Rubiales, el contramanifestante confirma que “se palpa tensión, es un ambiente delicado”, pero asegura estar acostumbrado a navegar contracorriente, “no podemos quedarnos de brazos cruzados ante una cacicada como la que hemos visto y ante la payasada de querer blanquear el comportamiento de Rubiales”, sentencia.

Sin partido y sin medalla de oro

Luis Rubiales recibe con la manifestación de ayer el apoyo de algunos manifestantes. Pero también ha recibido rechazo de su localidad. El Ayuntamiento de Motril, presidido por la popular Luisa García Chamorro, canceló el partido de fútbol homenaje a Rubiales. El presidente, como si de una estrella del fútbol se tratara, quería darse un baño de masas con sus vecinos como campeón del mundo e hijo pródigo.

El consistorio se ha visto obligado a suspender el partido ‘Amigos de Luis Rubiales’ que iba a tener lugar en el estadio municipal Escribano Castilla de Motril, a las 20:30 horas. Ante la cita, ya había convocadas manifestaciones en contra del presidente de la RFEF. En principio se planteó celebrar el encuentro a puerta cerrada, posteriormente los organizadores rebajaron las expectativas a un partido en el polideportivo.

Rubiales aludió a este partido en el polémico discurso de “No voy a dimitir” al afirmar . ante la Asamblea General Extraordinaria que viajaría a Motril “para volver a jugar con los compañeros con los que empecé hace casi 40 años”. Finalmente, ante la posibilidad de incidentes el Ayuntamiento suspendió el partido en el Estadio Municipal y las manifestaciones a favor de Jenni Hermoso fueron desconvocadas.

Pero este desplante a Rubiales podría no ser el último que emana de Motril. Durante la pandemia, la alcaldesa Luisa García Chamorro entregó la Medalla de Oro de la ciudad en febrero de 2021 gracias a la "trayectoria en el mundo del fútbol" de Rubiales. Pero el fútbol trasciende lo que sucede sobre el césped, sobre todo si uno no es futbolista.

Ahora, Izquierda Unida ha presentado una moción al pleno municipal para retirar la medalla por el comportamiento "sexista y reprobable" que supone el "descrédito para este municipio y su población". El portavoz de IU afirma que no pararán hasta que se retire la medalla de oro “al impresentable” de Rubiales.