Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales, se declara en huelga de hambre. La mujer se ha encerrado esta mañana en la Iglesia de la Divina Pastora de Motril y ha dicho que no se llevará un alimento a la boca hasta que se ponga solución a la "cacería inhumana y sangrienta" que están haciendo con su hijo "con algo que no se merece". 

El encierro se ha producido en la iglesia del barrio de Capuchinos de Motril y, según ha anunciado la progenitora del máximo responsable del fútbol en nuestro país, durará “de manera indefinida, día y noche” hasta que se haga justicia con si hijo, tal y como ella misma ha indicado a la agencia EFE.

Dice que “no hay abuso sexual” y apela al “consentimiento”

La mujer se ha metido dentro del templo con su hermana aprovechando que el párroco había salido y ha pedido a la jugadora de la selección española de fútbol femenino que “mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos”. En su alegato, mantiene que “no existe abuso sexual” y que existe “consentimiento por ambas partes, como queda demostrado en las imágenes”. “¿Por qué se están ensañando con él?” o “Qué hay detrás de esta historia?” son algunas de las cuestiones que lanza al aire, convencida de que su hijo “es incapaz de hacerle daño a nadie”.

Las imágenes contradicen la versión de Rubiales (y de su madre)

El pasado viernes, día en el que todo estalló aún más por los aires después de la negativa de Rubiales a dimitir, Rubiales justificada su decisión con un discurso que generó revuelo dentro y fuera de España en el que apelaba a que el beso fue consensuado, algo que las imágenes contradicen por completo, ya que en ellas se ve cómo el canario -aunque creció en Motril- agarraba con las dos manos la cara de la futbolista y la besaba en los labios.

“El deseo que podría tener en ese beso era exactamente el mismo que podía tener con una de mis hijas”, decía mientras ‘aclaraba’ que se trataba de “un pico” y no “un beso” y que en el acto “no hay deseo ni posición de dominio”. En una serie de explicaciones que muy pocos entendieron, Rubiales añadía que fue la jugadora la que “lo levantó del suelo”, lo “cogió de las piernas” y que casi se caen. “Ella fue la que me subió en brazos, me acercó a su cuerpo y nos abrazamos (…) Le dije que olvidase lo del penalti, que sin ella no habríamos ganado el mundial. Ella me contestó ‘Eres un crack’. Yo le dije: ¿Un piquito? Y ella me dijo: ‘Vale’”, exponía

Duro testimonio de Jenni

La futbolista condenaba en seguida los hechos y las explicaciones del presidente:

“Aclaro que en ningún momento se produjo la conversación a la que el Sr. Luis Rubiales hizo referencia y que, ni mucho ni menos, su beso fue consentido. De la misma manera quiero reiterar como ya hice en su momento que este hecho no había sido de mi agrado (…) La situación me provocó un shock por el contexto de celebración, y con el paso del tiempo y tras profundizar un poco más en esas primeras sensaciones, siento la necesidad de denunciar ese hecho ya que considero que ninguna persona, en ningún ámbito laboral, deportivo o social debe ser víctima de este tipo de comportamientos no consentidos. Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. Se me pidió realizar una declaración conjunta para rebajar la presión sobre el presidente, pero en esos momentos en mi cabeza solo tenía la idea de disfrutar del hito histórico alcanzado junto con mis compañeras de equipo. Por eso, en todo momento trasladé a la RFEF y a sus distintos interlocutores, así como a medios y gente de mi confianza que no haría ningún tipo de declaración individual o conjunta sobre este asunto, ya que entendía que, de hacerlo, quitaría aún más protagonismo a un momento tan especial para mis compañeras y para mí".

Deplorable comunicado de la RFEF

La Federación comenzó cerrando filas en torno a Rubiales antes de cercarle, y es que los aplausos se convirtieron en puñaladas cuando los miembros empezaron a querer darse cuenta de la realidad. Un ejemplo claro de ello son los entrenadores de la selección tanto masculina como femenina, Luis de la Fuente y Jorge Vilda, pero también la entidad como tal, que emitió un primer comunicado defendiéndose (y defendiendo a Rubiales) a partir de cuatro fotogramas que pertenecen a un momento previo al beso sin consentimiento.  

Después, el documento fue eliminado, y desde entonces, el tono de la Federación parece sino más duro, sí más realista para con la imagen del presidente suspendido por la FIFA, aunque siguen viendo qué acciones llevare a cabo.