En la tarde de este pasado jueves se atisbaba la dimisión de Luis Rubiales. Su entorno transmitía un cambio de postura, con respecto a las jornadas anteriores. Nada más lejos de la realidad. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se atornilla al sillón de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y lo ha hecho con un discurso que ha causado estupor, bochorno e indignación a nivel mundial. Durante su alegato, ha expuesto su “verdad” del beso a Jenni Hermoso, justificando su conducta machista y desmintiendo a la propia jugadora, que se pronunció este pasado miércoles contra el máximo responsable federativo. “Me levantó del suelo cogiéndome de las caderas”, relataba, al tiempo que insistía en que el “piquito” era natural y consensuado entre ambos; además de focalizar todo sobre la víctima, en este caso, la flamante campeona del Mundo.

Este viernes 25 de agosto será recordado como el día en el que el fútbol español fue vejado por sus propios dirigentes. La Asamblea General Extraordinaria de la RFEF ha supuesto la huida hacia delante de un Rubiales acorralado y al que le quedan pocas horas al frente del ente federativo. El CSD ha iniciado ya los trámites para su inhabilitación tras asistir a un alegato que ha abochornado no solo a la sociedad española, sino también al mundo del fútbol patrio, que sigue desangrándose. “No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir”, ha vociferado ante los asambleístas, que han decidido brindarle y acompañarle en el que será su último acto de servicio al frente de la Federación.

No había hueco para la disculpa en su alegato. Ni tan siquiera después de la intervención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado martes, quien aseguró que el vídeo de perdón se antojaba insuficiente y le instaba a dar más pasos. Lejos de ese escenario, Rubiales ha optado por parodiar su gravísima conducta y en descargar sobre la víctima, en este caso Jenni Hermoso, toda la responsabilidad. “El pico, más un pico que un beso, ante toda la gente que había allí, como parte de mi familia -mis hijas-, el deseo que podía tener era el mismo que podía tener dando un beso a una de mis hijas. Ni más ni menos. Ella me contestó eres un crack y yo le respondí: ‘¿un piquito?’”, destacó el máximo mandatario del fútbol español.

Así, Rubiales explicaba ante sus acólitos que fue Jenni Hermoso la que le “levantó del suelo” y le cogió “de las caderas”. “Cuando caí al suelo le dije que se olvidase de ese penalti. Se despidió con un último manotazo en el costado y riéndose. Ella dijo que era una anécdota. Y de la anécdota, del ‘no pasa nada’, se pasa al silencio de la jugadora y después a un comunicado que no termino de entender”, relató.

"Asesinato social"

Toda vez justificó su comportamiento machista con Hermoso, Rubiales cargó las tintas contra todos aquellos que han contribuido a su “asesinato social”. Una suerte de “cacería” perpetrada por el “falso feminismo”, al que sitúa como la “gran lacra” de España. Sin atisbo de autocrítica, el todavía presidente de la RFEF ha lamentado todas las “presiones” recibidas durante esta semana: “Me han dicho que dimitiera porque el lunes me sacarían de aquí, pero estamos en un país donde la ley impera y tiene que haber un motivo”. Rubiales se pregunta si “un pico” es razón de peso para desalojarle de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. “Agradezco estar en España para poder defenderme, voy a defenderme y quien me conoce sabe que voy a llegar hasta el final”, prometió.

El presidente de la RFEF ha asegurado que la campaña que ha padecido “no responde a la verdad ni a la Justicia”, abriendo camino a una supuesta respuesta en los tribunales contra ministros del Gobierno, como Irene Montero, Ione Belarra. “Emprenderé acciones legales”, ha advertido. Eso sí, lo hará tras sus vacaciones en su Motril natal, dado que ahora es momento para “descansar”.

Este es el útimo capítulo que se inició tras sus gestos machistas e intolerables en la celebración del mundial femenino el pasado domingo. Todo indicaba a que el máximo presidente del ente federativo no resistiría a la presión, sucumbiría a la evidencia y dimitiría. No obstante, con 140 asambleístas entregados, el presidente del órgano del fútbol ha decidido no dimitir.