Miércoles, 10.45.- Nadie a mi izquierda, nadie a mi derecha (hablamos de tráfico). Nadie delante, nadie detrás (hablamos de tráfico). Semáforo en rojo. Treinta segundos después, asfalto y la nada. La duda es: ¿desobediente inteligente u obediente estúpida?

Miércoles, 10.46.- Sólo soy memoria y olfato. Recuerdo un apunte entre libros desencuadernados y manchas de tinto. Huele a rabia y rebeldía. Es de Fromm: la humanidad nació en un acto de desobediencia. Es probable que desaparezca en un acto de obediencia.

Miércoles, 13.25.- Hay dos clases de tontos: los que lo saben y los que no. La mayoría de los que yo conozco no lo saben. Con los viejos instruidos (que nos van quedando) también hay dos clases: los que se vuelven radicales y los que se dejan ganar por una especie de optimismo melancólico.

Miércoles, 17.41.- Leo a Miquel Roca: en los aplausos de las ocho se palpa un deseo de unidad y solidaridad. Es un optimista melancólico.

Miércoles, 18.32.- Leo a Félix de Azúa, casi sin querer: un gobierno de técnicos (hace falta ya) con mucha experiencia y ninguna ideología. Me da que se ha vuelto radical. Y rabioso. O que siempre lo fue y el pobre no lo sabía.

Miércoles, 19.37.- Me pasa con Savater. Voy buscando al anciano sabio y me encuentro a un vejete furibundo de banderas y patrias, como si quisiera desfilar.

Miércoles, 20.00.- Aplaudo con Roca. Somos unos/as moñas.

Miércoles, 20.11.- Leí a Azúa (esta vez la cacofonía es insoportable) cuando iba (y robaba) libros a la biblioteca nacional. Parecía uno de los de aquellos Gimferrer, Molina Foix… poetas de la tentadora libertad. Y cuando subía las escalinatas pensaba, henchidas las narices, en los académicos de la lengua, plenitud ponderada del conocimiento, equilibrio intelectual y moderación.

Miércoles, 20.21.- Azúa es un viejo académico de una lengua de odios. Haters, le llaman en las redes.

Miércoles, 21.05.- Ahora (Azúa ) parece Pemán tras la toma de Bilbao: “Lo que tenía que entrar era España en su más plena y total acentuada manera. La mejor España, la de la sublime locura”. Hay que disculpar a Pemán. Aparte de fascista, sólo tenía 39 años. Luego fue un vejete llevadero.

 Miércoles, 22.35.- Pemán me lleva a Franco y Franco a Tejero pistola en mano en nombre de España, 23 de febrero, anunciado la “inminente llegada de una autoridad competente, militar por supuesto”.

Miércoles, 23.12.- La bobina retrocede hacia un verano. Dijo el anfitrión, en lances de ron con limón: "No irás a compararme el voto de un técnico, de un ingeniero de caminos, con el de un albañil".

Miércoles, 23.22.- Un gobierno de técnicos necesita jerarquía. Y ya sabemos quién ejerce la autoridad, militar, por supuesto.