Juan Marín ha querido dejar claro que él no hará nunca lo que ha hecho su ya excompañera de partido Lorena Roldán: emigrar de Cs al PP. Aun así, muchas más veces y en voz muy alta tendrá Marín que repetir sus palabras de ayer para que los partidos de izquierda y no pocos votantes de Cs se convenzan de ello.

El líder de Cs en Andalucía y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, dijo a propósito de la marcha de Lorena Roldán al PP que él acepta que "cualquier compañero que ha entrado libremente se quiera ir libremente", pero le reprochó a Roldán que lo hiciera con "una justificación que no se corresponde con la realidad". Y añadió: "Gracias por los servicios prestados, espero que le vaya bien, pero yo desde luego si me voy de Cs me voy a mi casa, no a otro partido".

Tras conocerse la sopresiva 'espantada' de la número 2 del PP en las elecciones catalanas y exportavoz de Cs en Cataluña, muchas miradas en Andalucía se dirigieron a Marín. ¿Haría él lo mismo que Roldán? Desde el PSOE se apresuraron, obviamente, a asegurar que así será.

Lejos de Arrimadas

Muy identificado con el discurso gubernamental cuyas líneas maestras las viene marcando el PP, al vicepresidente de la Junta se le considera bastante distanciado de la líder nacional Inés Arrimadas. Semas atrás desmintió con rotundidad a Marin tras abrir éste la posibilidad de que PP y Cs acudieran juntos a las próximas elecciones andaluzas. Marín lo dijo, además, en un acto público con el expresidente naranja, Albert Rivera, enfrentado ya sin disimulos a su sucesora.

A preguntas de los periodistas, Marín dijo ayer que "Cs es un partido que siempre ha estado abierto para el que quiera entrar y el que quiera marcharse, nunca se ha cerrado la puerta".

Marín se muestra respetuoso pero crítico con la decisión de Roldán: "Respeto la decisión, creo que es un error no porque se haya marchado, sino por la explicación que ha dado, diciendo que se va a un partido más constitucionalista. No hay un partido más constitucionalista que Cs, que precisamente se llevó en Cataluña peleando solo contra los nacionalistas e independentistas muchos años", recoge Europa Press.

Dos maneras de prometer algo

¿Es creíble el compromiso explicitado por Marín? No tendría por qué no serlo, siempre que lo ratifique con nitidez en el futuro. En política hay al menos dos maneras de comprometerse a no hacer una determinada cosa: sin posibilidad alguna de volverse atrás o dejando una puerta abierta a hacerlo.

El primer formato fue el utlizado por José María Aznar cuando prometió que el de 2000 sería su último mandato: para disgusto de su partido y de sus votantes, el expresidente del PP quemó deliberada y minuciosamente las naves del regreso. La claridad y contundencia con que dijo que no volvería a presentarse convenció a todos de que así sería. Y así fue.

El segundo modo de comprometerse a no hacer algo fue el adoptado por Felipe González, a finales de los ochenta, cuando hizo saber a los suyos que no quería presentarse de nuevo a las elecciones. Pocos le creyeron. Puede que ni él mismo lo hiciera. No es que su deseo de retirarse no fuera sincero, pero nunca fue lo bastante firme. De hecho, aún volvería a presentarse dos veces más: en 1993, cuando logró conservar el poder, y en 1996, cuando lo perdió.

Juan Marín parece haber optado por la vía Aznar, pero necesitará insistir en ella para que la dirección nacional de su partido y los votantes andaluces de Cs no piensen que, en realidad, su verdadera opción no confesada es la vía González.