Todo un material de conversaciones telefónicas intervenidas por la Policía a los responsables de Magrudis, la fábrica sevillana que vendió la carne mechada contaminada que provocó el brote de listeriosis muestra el cinismo y la frivolidad con la que sus propietarios asistían a la catástrofe sanitaria por ellos provocada. Incluso con comentarios celebrando la muerte de Blanca Fernández Ochoa por la posibilidad que se les abría para librarse del foco mediático.

Los pinchazos telefónicos en poder del juzgado, y de los que hasta ahora se conoce muy poco, demuestran que lejos de estar preocupados por el brote de listeriosis y sus nefastas consecuencias, se tomaban la situación con sorna, bromas y sobre todo con el más absoluto desprecio a los afectados.

Rubén Sánchez, portavoz nacional de Facua, organización de consumidores que está liderando muy activamente las actuaciones contra este caso y cuya organización se halla personada como acusación particular, cree que no solamente habría estos pinchazos telefónicos parcialmente conocidos, sino que intuye que debe de haber más y que la policía y el juez contará en el procedimiento con más contenidos intervenidos..

“La próxima vez vamos al talego”

En una de las conversaciones pinchadas los responsables de Magrudis se jactaron de provocar la mayor crisis sanitaria del país. En concreto Sandro Marín Rodríguez, administrador y accionista único de Magrudis, presumía jocosamente de haber provocado la mayor intoxicación por listeria que “se ha producido en la vida”. Por otro lado el hijo mayor del gerente, José Antonio Marín Ponce junto a su tío comenta la repercusión en los medios de comunicación y en la sociedad hasta el punto de afirmar que “la próxima vez acabamos todos en el talego”. Esta última “reflexión” les provoca a ambos bastante risa. Parte de estas conversaciones, según el diario ABC, se habrían producido el 5 de septiembre pasado.

“Del carajo” la muerte de Blanca Fernández Ochoa

En el colmo del más inhumano cinismo el hermano de Marín Ponce dijo que les venía “del carajo” el fallecimiento de Blanca Fernández Ochoa ya que su repercusión informativa les servía para desviar la atención mediática a la que la fábrica estaba sometida. En el desarrollo de la conversación grabada señalan que tanto Sandro Marín y su tío Pedro estaban hartos y cansados del interés informativo. Los investigadores policiales se han mostrado muy extrañados por el carácter de broma y entre risas en el que se producen todas estas conversaciones grabadas telefónicamente.

Puede que tras las detenciones y el envío a prisión, las risas se las haya apaciguado y la mofa sobre el grave asunto haya desaparecido: Penas de hasta 17 años de cárcel podrían esperarle. Eso ya no “les vendrá del carajo”, seguro que no. Y ya no es seguro que a la próxima al talego”, no, a la próxima no… ya están el talego.