El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, son conscientes de lo que está en juego y como políticos experimentados intuyen que, ante las grandes desgracias, el pueblo les reclama que estén unidos. La crisis de Abengoa les ha estallado en plena precampaña electoral, pero ambas partes se han guardado para sí los reproches al adversario.No en vano, además de ser la joya de la corona de la ingeniería española de vanguardia en los mercados internacionales, da empleo directo en España a 6.800 personas, gran parte de ellas en Andalucía. En las primeras horas de la crisis, cuyas primeras alarmas saltaban el miércoles, hubo en los dos partidos mayoritarios alguna que otra salida de tono, pero fueron pronto reconducidas. Con las cosas de comer no se juega, y menos con unas elecciones cruciales a tres semanas. El propio Gobierno central daba a conocer ayer que Díaz y Rajoy habían hablado por teléfono del asunto. Nada ha trascendido del contenido de la conversación, lo cual es una buena noticia: si están de acuerdo porque lo están y si están en desacuerdo porque han decidido no airear sus diferencias. HACE FALTA CONSTRUIR Alguna pista daba ayer mismo el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, pidiendo a los 'populares' que no hagan "el ridículo" y que si quieren "saber" pueden incluso preguntarle al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. "Se trata de un tema muy serio. Hace falta construir y no buscar posturas que no ayudan", recalcaba. Sobre la conversación telefónica que Rajoy y Díaz mantuvieron sobre la situación de Abengoa, --desvelada por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos--, Vázquez dijo más bien nada: que se produjo este jueves, que fue a instancias de la presidenta de la Junta y que lo hizo para trasladarle la "gravedad" del asunto. Punto. La propia presidenta dijo algo más pero no mucho. Ayer explicó que el Gobierno central le había trasmitido que "van a conocer cómo se ha llegado a esta situación y cómo se encuentra el empleo para trabajar por una solución favorable". Y añadía, prudente: "No es el momento de valorar por qué se ha llegado hasta aquí”. LA LUPA DE BRUSELAS La presidenta andaluza sí ha llegado, en todo caso, bastante más lejos que el Gobierno central, extremadamente cauteloso ante la crisis y rehuyendo cualquier compromiso público, consciente sin duda de que Bruselas estará mirando con lupa cualquier movimiento gubernamental de apoyo económico explícito a Abengoa. Al contrario que el Gobierno, que tiene mucho menos margen público de maniobra, Díaz ha decidido meter presión a la banca privada. Muy resumidamente y prescindiendo de matices, el eje de su discurso sobre este asunto es: España salvó a la banca y la banca debe salvar a Abengoa. Esto dijo ayer al respecto: "Las entidades financieras tienen que estar a la altura más que nunca, comprometerse e implicarse, y las instituciones tienen que estar pendientes de que se produzca una salida buena para los intereses de los trabajadores y de la actividad productiva reconocida en España y fuera de las fronteras". Aun así, parece haber diferencias, al menos de carácter táctico, entre San Telmo y la dirección federal del PSOE. La Junta y los socialistas andaluces ni siquiera mencionan al Instituto de Crédito Oficial (ICO) como puerta a la que llamar. Ya habrá tiempo de ello, parecen pensar: la banca privada tiene que saber que no puede comportarse como si la crisis de la multinacional sevillana no fuera con ella. Ayer, en cambio, el responsable de Economía del Grupo de Expertos del PSOE, Jordi Sevilla, pedía al Gobierno "buena voluntad" en su papel de acreedor a través del ICO y de Bankia para encontrar una solución para la compañía. LO (POCO) QUE DICE GUINDOS  Mientras, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha cifrado en 415 millones de euros la exposición pública en Abengoa, sin contar con la participación de Bankia, y ha señalado que ahora lo importante es "saber cuál es la situación real" de endeudamiento de la empresa. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Guindos ha afirmado que el Estado tiene una exposición en Abengoa a través del ICO, con 130 millones de euros, Cofides (75 millones de euros) y CESCE (210 millones de euros). El ministro no precisó la exposición de Bankia, en la que el Estado tiene una participación del 64%, ya que señaló que la entidad financiera "se guía por criterios estrictamente de mercado como si fuera una empresa privada".