El clásico debate sobre la inconsistencia ideológica en los partidos políticos y sus consecuencias electorales (Downs, 1957) es valioso para entender los peligros que le puede suponer al PSOE el nuevo giro a su visión de España como “plurinacional”. Algunos autores lo consideran, en general, como una de las estrategias más peligrosas que un partido puede poner en marcha (Sánchez-Cuenca, 1999 y 2016).

A priori, el cambio (o la modificación) en los principios ideológicos del partido, en este caso sobre el modelo territorial, puede generar dudas acerca de la credibilidad en un actor estratégico (Downs, 1957; Meguid, 2005): no sólo representaría una traición a los votantes fieles (que podrían, por ello, dejarles de votar), sino que no garantizaría la mejora de los resultados electorales, pues no es seguro que nuevos votantes se convencieran de la sinceridad de los cambios ideológicos (Wolinetz, 1991).

Si echamos un poco la vista atrás, no es difícil reconocer que en el caso del PSOE han sido frecuentes los cambios en los mensajes respecto a su modelo territorial para España. No es difícil imaginar a un PSOE desgastado si mantiene su inconsistencia ideológica.

Sabemos, por ejemplo, que de la idea de España como “nación de naciones” formulada por los socialistas en los años ochenta pasaron a la “España plural” en la década de los noventa, a la “España unida y diversa” durante el 2008-2011, al “Estado federal” unos años más tarde y a la “España plurinacional” de ahora con Pedro Sánchez al frente. En todos los periodos, además, suele señalarse la ambigüedad en el discurso de los líderes junto a la falta de concreción de las propuestas. En consecuencia, es previsible que aumente más la confusión en su electorado que la claridad de propuestas.

Aunque con distintos matices, la interpretación dominante es que mientras el discurso del PP está donde siempre ha estado respecto a su idea de modelo territorial (contrarios a la descentralización, cuando no abiertamente recentralizadores), del PSOE es frecuente atribuirle expresiones como escisión, fuente inagotable de polémicas, fractura, fragmentación y falta de consistencia ideológica. Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE desde febrero de 2012 hasta julio de 2014, reconocía públicamente la dificultad de su partido en estos términos y decía: "Éramos un partido fundamental a la hora de vertebrar la sociedad pero a medida que ha ido avanzando el Estado autonómico hemos ido perdiendo esa capacidad de que se nos vea como un partido que dice lo mismo en todas partes" (Pérez Rubalcaba, 2012, citado en Alonso et al., 2013, p. 4).

Como es fácil de reconocer, esta situación ha provocado en el PSOE fuertes tensiones entre la dirección nacional del partido y líderes regionales, especialmente aquéllos como Andalucía al frente de gobiernos de una comunidad autónoma. Como también es fácil de reconocer, el PP ha convertido su carácter unitario y cohesionado del discurso sobre el modelo territorial para España en un recurso para intentar debilitar electoralmente a los socialistas, con los argumentos de presentar un mensaje distinto en las diferentes zonas del territorio, de no tener una idea clara de España y, recientemente, de ambigüedad, inconsistencia y falta de concreción en la propuesta de reforma constitucional.

Para explicar esta situación en el caso del PSOE, existen algunos factores relacionados con el impacto del entorno. Respondería a la mayor heterogeneidad en las actitudes de sus votantes medida a través de encuestas de opinión respecto a las preferencias por un modelo de Estado y su origen territorial más variado. En cambio, el PP contaría con menos dificultades al integrar a un electorado que, además de hacerse cada vez más centralista, aparece mucho más homogéneo en su visión del modelo territorial. Por eso, un discurso anti-descentralización y una mayor centralidad electoral del debate territorial, puede maximizar las expectativas electorales del partido conservador (Jiménez y Navarro, 2015, pp. 15-18). Otros factores endógenos como la organización del partido también suelen utilizarse para explicar la mayor dispersión territorial de los mensajes en el PSOE. Se dice que es debido a que tiene una estructura y funcionamiento interno más descentralizada que en el modelo centralista del PP, donde la dirección nacional tiene un control más férreo del poder y el margen de maniobra de los niveles regionales es limitado (Simón, 2015; Astudillo, 2010; Méndez, 2000).

En suma, el partido socialista, tradicionalmente bloqueado en la búsqueda de una posición asumible por todos -y, por lo tanto, tendente a procrastinar cualquier debate- no ha sabido encontrar ni discursos vertebradores de sus heterogéneas bases electorales ni posicionamientos diferenciadores de los nacionalismos periféricos y de la reacción recentralizadora de sectores conservadores. Para este partido, la cuestión territorial se configura de nuevo como un tema de confrontación política interna, profundizando en diferencias y debates que vienen de lejos (Fernández, 2010, pp. 449-472).

Nota: Un análisis en profundidad con evidencia empírica de lo comentado, puede consultarse en http://www.fes-sociologia.com/files/journal/30/150/article.pdf

Referencias

Alonso, S., Cabeza, L., Gómez, B. (2013). ¿Dicen los partidos estatales lo mismo en todas las Comunidades Autónomas? (en línea). http://www.fundacionalternativas.org/public/storage/publicaciones_archivos/b4c2b2fad30ef7fb7d5f5c2f19907172.pdf, acceso 10 de Junio de 2015.

Astudillo, J. (2010). Una primera aproximación cuantitativa a la descentralización de los partidos de ámbito Estatal en el Estado de las Autonomías: ¿hay diferencias entre el PSOE y el PP? (en línea). http://www.raco.cat/index.php/REAF/article/view/250683/335541, acceso 10 de Septiembre de 2015.

Downs, A. (1957). An economic theory of democracy. New York: Harper & Row.

Fernández, A. 2010. Izquierda y republicanismo. El salto a la refundación. Madrid: Akal.

Jiménez, M., Navarro, L. (2015). Las huellas electorales del nacionalismo español. Identificación territorial y voto en los partidos políticos de ámbito estatal, 1980-2013. Revista Internacional de Sociología, 73, 1-20.

Meguid, B.M. (2005). Competition betwen unequals: The Role of Mainstream Party Strategy in Niche Party Success. American Political Science Review, 99(3), 347-359.

Méndez-Lago, M. (2000). La estrategia organizativa del Partido Socialista Obrero Español (1975-1996). Madrid: CIS.

Sánchez Cuenca, I. (2016). La desfachatez intelectual. Escritores e intelectuales ante la política. Madrid: Catarata.

Sánchez Cuenca, I. (1999). The logic of party moderation (en línea). http://digital.march.es/ceacs-ir/es/fedora/repository/ir%3A4013, acceso 23 de Abril de 2015.

Simón, P. (2015). Ciudadanos y Podemos ante los pactos (en línea). http://elpais.com/elpais/2015/03/25/opinion/1427285594_890616.html, acceso 13 de Abril de 2015.

Wolinetz, S.B. (1991). Party system change: the catch-all thesis revisited. West European politics, 13 (1), 113-128.

 (*) Luis Navarro Ardoy, sociólogo, Universidad Pablo de Olavide.