Centrados en ti es el lema de un partido al que le da vergüenza decirse de derechas (en Intereconomía, por lo menos, lo dicen abiertamente: “Orgullosos de ser derechas”), cuando aplica una política de derechas brutal. En un país con 40 años de dictadura facha se nota menos el tipo de política de un PP que llegadas las elecciones se dice de centro. Sin embargo, sus modos son tan extremos en tantos asuntos como sus embustes: sobre terrorismo, sobre economía, sobre corrupción, etcétera.

El modo de actuar de la derecha roza en muchos casos el insulto a la inteligencia. En Huelva, la forma mafiosa de actuar de esta derechona la sufrimos muchos de los que informamos a diario describiendo tan sólo la realidad de la ciudad, esa parte de la realidad que está mal y que debe ser cambiada, tal y como reclaman los vecinos, a los que damos voz. Tan solo por hacer eso: informar y dar voz, uno es vilipendiado e insultado por gente (que son poca, pero hacen ruido) cuyos intereses personales se ven afectados si algo o todo cambia, mejora o progresa en la ciudad. Es un comportamiento caciquil donde no hay lugar al debate, a la crítica, al pensamiento diferente.

El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez (PP), ha tomado de su propia medicina hoy. Su primer acto de campaña ha sido en un solar de la ciudad donde los periodistas se han negado a entrar. Ha querido tirarse el pegote de que su gestión cediendo suelo municipal para la construcción de la futura Facultad de Medicina es un logro de su equipo de Gobierno. Sin embargo, a nadie se le ha ocurrido limpiar el solar de escombros, basura y rastrojos que alcanzan el metro y medio de altura para tal pegote. El alcalde tiene descuidada la ciudad y no se entera porque no quiere: insulta la inteligencia de los onubenses diciéndoles que todo está bien, mientras estos le reclaman que atienda los muchísimos problemas de servicios municipales, de infraestructuras, de servicios sociales, entre otros, que sufren estos vecinos de las barriadas de la ciudad.

Javier Arenas ha tomado a Pedro Rodríguez como modelo de alcalde y dice que su gestión es la que quiere para Andalucía. Agarrémonos, porque Pedro Rodríguez se ha cargado la cultura, sustituyéndola por punto de cruz en las asociaciones; se ha cargado el movimiento vecinal, los servicios municipales, ha dejado tan a su suerte a las barriadas onubenses que muchas que no eran marginales ahora comienzan a tener problemas sociales. Utiliza a sus anchas, para sus intereses la televisión municipal. Pedro Rodríguez ha gobernado una ciudad de 150.000 habitantes como si de un pueblo de 300 ciudadanos se tratase. Ni tiene ambición de ciudad, ni olfato de ciudad, ni sentido de ciudad. Y a veces aduce de falta de talante democrático (al menos, algunos de los que se rodea: ciertos concejales, por ejemplo).

Sin capacidad de escuchar no se puede gobernar. Sin proyecto no se puede gobernar. Sin planeamiento para el futuro no se puede gobernar. No se puede gobernar a golpe de periódico, que es en lo que ha estado centrado este PP de Huelva (el preferido de Arenas), más perdido que el barco del arroz.