El presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre, fue consejero de Salud de Moreno Bonilla en su primer mandato como presidente de la Junta. Con la misma ‘potestas’ con la que ahora maneja la Cámara andaluza, coordinaba y comandaba una de las carteras que más dolores de cabeza está provocándole al presidente andaluz: Salud. De hecho, fue bajo su mando cuando comenzó a privatizarse el servicio de mamografías desde el SAS, por un importe total de 5,4 millones de euros.

Esta semana, el Parlamento andaluz debatirá sobre la situación de la sanidad en Andalucía, en un debate monográfico que el PSOE-A lleva dos años y medio pidiendo y Aguirre el mismo tiempo negando. La respuesta del dirigente cordobés se limitaba a asegurar que “no existía un caso excepcional” en términos sanitarios como para abordar ese debate, pese a que los datos arrojaran una realidad diferente a la opinión de Aguirre, que reflejaban un viraje privatizador en sanidad y de descontento ciudadano.

Precisamente, la persona que ha estado durante dos años negando que los parlamentarios andaluces pudieran abordar los temas sanitarios fue la persona que comenzó a privatizar el servicio de las mamografías en Andalucía, pese a que el presidente andaluz asegurara tajantemente que en total eran “cero, cero, cero”, las mamografías que se habían realizado por la sanidad privada. Un escándalo, el del fallo en la detección precoz del cáncer de mama, que ha provocado la mayor crisis sanitaria de la comunidad hasta el momento y a la que el PP se enfrentará esta semana en el Parlamento.

En total, el coste para realizar las mamografías ha supuesto al Gobierno andaluz un desembolso de 5.463.793,23 euros, distribuidos entre 2022 y 2026, prorrogable hasta 2027 con un coste adicional de 1,7 millones de euros. Este contrato se adjudicó en 2021 a la empresa granadina ‘Centro de Diagnóstico de Granada, SAU’, que contaba con siete unidades móviles para realizar las pruebas, y cuando Aguirre era el responsable de Salud.

Jesús Aguirre fue nombrado en 2019 como consejero de Salud por Moreno Bonilla y ostentó dicho cargo hasta 2022, cuando pasó a ocupar el sillón presidencial, que ha renovado por 5.000 euros, del Parlamento andaluz. Bajo ese mandato, fue cuando se adjudicó este servicio a la empresa granadina.

En la memoria del contrato, la Junta alegaba la “inexistencia de medios propios suficientes” en los centros adscritos al SAS para prestar el servicio, “debiendo acudir consecuentemente al mercado para satisfacer la necesidad a cubrir, con el fin de poder cumplir la normativa sobre tiempos de respuesta en la atención sanitaria y, concretamente, en los que se refieren al cribado de cáncer de mama”.

Ahora, el nuevo consejero, Antonio Sanz, tendrá que dar cuenta de este tipo de actuaciones, algo que desde la oposición ya han criticado, por tratarse de un consejero que, ni tiene conocimientos específicos en esta cartera, ni será su competencia exclusiva, ni ha estado durante estos años dentro de la consejería para poder ofrecer las respuestas que necesitan los andaluces.

Asimismo, hay que destacar que el Gobierno andaluz desplegó en 2021 la Estrategia de Cáncer en Andalucía, que perseguía profundizar en la prevención de esta enfermedad y en sus respuestas, siendo la “prevención y diagnóstico precoz” una de las líneas estratégicas principales. Mientras tanto, el servicio de mamografías quedaba privatizado.

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Presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre

Cuatro consejeros en seis años

La sanidad se ha demostrado el talón de Aquiles de Moreno Bonilla, incapaz de doblegar el gigante Servicio Andaluz de Salud. Desde que accediera a la presidencia de la Junta, allá por 2019, en un Gobierno del que formaba parte Ciudadanos y que Vox apoyaba en el Parlamento, Moreno ha nombrado hasta cuatro consejeros de Salud diferentes, a saber: Jesús Aguirre, Catalina García, Rocío Hernández y recientemente Antonio Sanz.

Ninguno de ellos ha conseguido satisfacer por completo al presidente, aunque quizá podríamos decir que Aguirre ha sido el que más ha conseguido mantener la estabilidad de una cartera que ha comenzado a desestabilizarse en el segundo mandato de Moreno, pagando, quizá, las consecuencias de las políticas del primero.

La oposición no frena en sus críticas de privatización y desmantelamiento del sistema. Sindicatos y asociaciones civiles también se suman a estas críticas, que los ciudadanos constatan en su día a día cuando acuden a su centro de salud o cuando se enfrentan a la imposibilidad de conseguir una cita con su médico de cabecera.

Aguirre acabó reubicado como presidente del Parlamento andaluz; a Catalina García Moreno le movió de consejería, ocupando ahora la de Medio Ambiente, dando paso a una “solvente” Rocío Hernández, a la que le ha explosionado la crisis de los cribados. Ahora, Sanz tiene la labor de encubrir el desgaste del Gobierno de cara a las próximas elecciones y subsanar los problemas más importantes, ante unas encuestas que ya empiezan a demostrar el claro desgaste del PP al frente de la Junta.

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