En este tiempo de incertidumbre absoluta y muy pocas certezas, voy a comentar una de las pistas que se han apuntado como una de las herramientas con las que habrá que contar para salir de la crisis del coronavirus: el “pasaporte sanitario” o lo que es lo mismo la actualización del certificado médico de no padecer enfermedad infecto contagiosa, un documento que se exige junto con el de carecer de antecedentes penales para el acceso a determinados puestos de trabajo.

El “pasaporte sanitario”, convenientemente digitalizado, certificaría que se ha pasado el coronavirus y superado todas las cuarentenas precisas o que su portador/a se ha sometido a las pruebas de detección pertinentes con resultado negativo. Las líneas aéreas podrían plantear su exigencia para los vuelos internacionales y las autoridades de cada país, como lo ha anunciado Chile, lo requerirían también en sus fronteras entre regiones y en las fronteras exteriores. Aunque en el caso chileno se trata de una declaración jurada que se puede hacer on line. La industria hotelera lo vería como un documento útil para intentar garantizar un alojamiento seguro a sus clientes a la hora de efectuar las reservas.

Sí, tendremos que acostumbrarnos a los controles de temperatura, a llevar mascarillas en determinadas situaciones, a que nos pidan algún tipo de “pasaporte sanitario” para determinados desplazamientos,...

Los gobiernos no han querido concretar mucho al respecto porque antes tienen que garantizar pruebas de detección del Covid-19 para toda la población sin excepción alguna y esto es algo que están muy lejos de alcanzar, como se comprueba a diario. Implementar el formato digital del nuevo pasaporte sanitario tampoco es tarea fácil con la restrictiva legislación de protección de datos personales que existe en la Unión Europea. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la polémica está ya sobre la mesa por la oposición de algunas sociedades médicas, que la encuentran discriminatoria y de difícil implementación.

En España, además, todavía no se ha logrado una tarjeta sanitaria única para todo el Estado y las de algunas comunidades autónomas no son válidas fuera de su territorio. La tarjeta sanitaria europea no pasa de ser un documento informativo a la hora de tener una urgencia sanitaria en los países de la UE que la aceptan