En tiempos de escasez urge agudizar el ingenio. Enfermeros, auxiliares, celadores, dependientes... sin material de protección contra el coronavirus buscan cómo conseguirse mascarillas que les hagan el avío, aunque no estén homologadas precisamente por el Ministerio de Industria.
Profesores y alumnos de un centro de Formación Profesional de Vallecas están, por ejemplo, distribuyendo en residencias o supermercados viseras de acetato fabricadas de forma casera y casi artesanal utilizando las modestas impresoras 3-D que se compraron de oferta en Navidad, informa El Mundo.
En Castilla-La Mancha, el profesor de Formación Profesional H. A. R. ha afinado todavía más el ingenio ideando una mascarilla casera a partir del envase de Coca-Cola de dos litros. El envase del mismo volumen de otras marcas de refrescos no se acomoda igual a la cara de las personas.

Tal como muestran las imágenes, basta dibujar con un rotulador el contorno aproximado de la cara, recortar con unas tijeras todo el envase salvo la base del mismo, que servirá la sostener la mascarilla apoyando el interior de su base sobre la cabeza, de forma que para sujetarla ni siquiera es preciso agujerearla e introducir una goma por los orificios: basta cualquier elástico rodeando la mascarilla y la cabeza.
El trabajo se puede mejorar sellando con cinta aislante el borde de la mascarilla, para evitar cortes. A su vez, al no ser plana la base de la botella sino terminar en unos salientes, basta con recortar o agujerear los vértices de los mismos para que hagan de respiradores que evitarán que la mascarilla se empañe.
La exigencia de material de protección como mascarillas, guantes y batas ha venido siendo una reclamación reiterada desde hace semanas por parte de los profesionales sanitarios y los sindicatos. En numerosos hospitales que están atendiendo los casos de coronavirus, los trabajadores se han quejado de la falta de los denominados EPI (equipo de protección individual).