¿Podría ser Pedro Fernández Peñalver el tapado, que es el término utilizado en política para designar un candidato cuyo nombre se mantiene en secreto hasta el momento propicio? ¿Será el alcalde de Baza y vicepresidente de la Diputación de Granada la carta que Ferraz guardaba celosamente para, llegado el momento, lanzar su apuesta en la partida de las primarias del PSOE andaluz?

Tras conocerse la noticia, revelada por El Confidencial, de que Sandra García será sustituida mañana por Pedro Fernández al frente de la Delegación del Gobierno en Andalucía, se han disparado las especulaciones sobre el alcance de un movimiento que, más allá de conjeturas, certifica que la carrera de las primarias empieza a tomar velocidad de crucero.

Política de adscripción susanista, Sandra García era el nombre pactado por Susana Díaz y Pedro Sánchez para ocupar el cargo de delegada del Gobierno, que ha desempeñado durante un año. Su salida del despacho de la torre sur de la plaza de España de Sevilla significa que el pacto de no agresión suscrito a principios de 2020 por el todopoderoso secretario general socialista y la debilitada expresidenta de la Junta ha caducado.

Este es el primer movimiento explícito e inequívoco que Pedro Sánchez hace en el tablero andaluz. Hasta ahora, todo eran elucubraciones más o menos bien fundadas. Como los kremlinólogos del pasado, los ‘pedrólogos’ del presiente nunca acaban de saber del todo qué ronda por la cabeza del ‘zar’ socialista. Hoy saben un poco más y dan por seguro que Ferraz no se mantendrá neutral en la batalla de las primarias, que Díaz cree poder ganar.

En principio, el nombre de Pedro Fernández solo está asociado al cargo de delegado del Gobierno en Andalucía, pero quienes le conocen piensan que daría bien el perfil de candidato a la secretaría general del PSOE-A. Aparte de Díaz, hasta ahora se han barajado los nombres del diputado por Jaén Felipe Sicilia, la ministra de Hacienda María Jesús Montero y el alcalde de Sevilla Juan Espadas.

De este último se asegura, aunque no hay certeza absoluta de ello, que está decidido a presentar su candidatura para competir con Díaz. De ser así, también se da por supuesto que Espadas solo saltaría a la arena de las primarias si contara previamente con el respaldo de Ferraz, en cuyo caso Pedro Fernández quedaría descartado, si es que, claro está, efectivamente ha estado alguna vez en incluido en la lista de precandidatos.

A favor de Pedro Fernández opera su personalidad de político con ambición y tablas orgánicas e institucionales. Desconocido en el ámbito andaluz, ello no tendría por qué ser un problema: José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez también eran dos desconocidos cuando decidieron pelear por la secretaría general del PSOE.

El nuevo delegado del Gobierno en Andalucía no es un sanchista de primera hora. En realidad, tampoco de segunda. Estuvo próximo a Díaz cuando esta llegó a la Presidencia de la Junta y a la Secretaría General del PSOE-A, pero luego se fue distanciando de ella, tal vez porque no vio colmadas sus aspiraciones o quizá porque no compartía su manera de hacer política.

Su nombramiento, en todo caso, es la primera jugada oficial que hace Pedro Sánchez en una partida que comenzó hace meses, si bien con la particularidad de que hasta ahora solo ha tenido como única jugadora a Susana Díaz, que lleva meses desplegando una gran actividad en las distintas provincias, con encuentros en las agrupaciones socialistas o en ayuntamiento gobernados por el PSOE.