Fue el genio gaditano Fernando Quiñones el más entregado contribuyente hace casi medio siglo al nacimiento de Alcances, evento cultural multidisciplinar en su origen que derivó con los años en “Muestra Cinematográfica del Atlántico” y que en 2006 sufrió su última gran mutación al especializarse en el cine documental español, lo que ha servido, en palabras de Javier Miranda, director artístico desde aquel año, “para diferenciarnos de otros festivales y ser el referente nacional”. Orgulloso de su identidad, Alcances se presenta en su 47ª edición como “Festival de Cine Documental”. Para Miranda, la decisión de focalizar el certamen fue un acierto porque “estaba a punto de ocurrir algo prodigioso en el documental español: la llegada de una nueva generación procedente de las escuelas de cine”, que ha formado “el movimiento más rico del cine español, aunque no sea muy conocido por las circunstancias del sector”. La sección “10 años no es nada” recoge en la edición que arranca este sábado y finaliza el próximo 12 de septiembre los mejores títulos proyectados en el festival desde su exitosa reconversión. Haciendo repaso, Miranda reconoce que “hay películas que ahora no pondríamos, más cercanas al reportaje, más convencionales. El documental ha evolucionado hacia la creatividad, los nuevos directores no se conforman, quieren indagar en el lenguaje”. Llegado al festival en los 80 como espectador y posteriormente como crítico en la prensa local, Miranda anuncia que la sección oficial de este año, integrada por largometrajes, cortometrajes y mediometrajes (“apartado que nos valoran, porque casi nadie lo tiene”), ofrece un nivel alto. Reconoce que el pronunciado cambio de tendencia política al frente del gobierno local no ha afectado al festival, que ha sido “respetado tal y como estaba”. El propio alcalde José Mª González estuvo presente en el acto de presentación, lo que Miranda considera “un buen respaldo”, similar al que reciben del pueblo gaditano: “En el paso a documental hubo un cambio de público, empezó a venir gente más joven, que ha enganchado bien con las propuestas”, explica el programador de la muestra, que añade que “los directores se asombran con la gente que ven en las proyecciones”. El reconocimiento de la industria lo corroboran las más de 200 películas presentadas pese a ser un campo tan concreto. Un aspecto muy destacado este año de la selección es que hay más mujeres participantes que hombres. “Es el signo de los tiempos. Cada vez hay más mujeres cineastas, y hemos recogido ese momento”, indica Miranda, contento por la colaboración recibida de asociaciones como CIMA, integrada por las profesionales del sector. PRESENCIA ANDALUZA (Y GADITANA) La mirada del silencio, nueva indagación de Joshua Oppenheimer en el genocidio de Indonesa tras la aclamada The act of killing, será la protagonista en el acto inaugural de Alcances 2015, en el que se incluyen además un homenaje a José Luis Guerín, pionero del nuevo documental español, un recuerdo a Orson Welles y un pase especial de Vivir para dibujar, dibujar para vivir, centrado en el mundo de los profesionales del cómic, además de secciones dedicadas al documental autobiográfico y al musical. La participación andaluza es amplia dentro de la sección oficial, pero además se proyectará parte de la obra de la iconoclasta archivera sevillana María Cañas, así como los documentales ganadores en la última edición de los premios de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía, El rayo en la categoría de largometrajes y Silencio en la de cortometrajes. “En cuanto a Cádiz, creemos que somos el referente lógico para servir de plataforma a sus películas”, indica Miranda, algo que queda reflejado en “Cádiz produce”, otra de las secciones paralelas, integrada por títulos procedentes de toda la provincia. Dentro de la amplia variedad de actividades que propone Alcances, Miranda reconoce que una de las más valoradas es el desayuno diario con los realizadores presentes en el festival. Se trata de unas convocatorias abiertas al público, a las que acude mucha gente de la calle a “hablar con ellos, que explican sus películas e intercambian sus experiencias”. Además del modesto desayuno, acorde a las posibilidades, se ofrece alimento para el alma.