El pasado 16 de septiembre, en plena ‘operación Vuelta al cole’ en todos los centros educativos de la región, el alcalde de Boadilla del Monte (Madrid) anunciaba a bombo y platillo el reparto de mascarillas destinadas a alumnos y profesores de los colegios del municipio. Sin embargo, un mes después, se ha demostrado que éstas no cumplen con la normativa y dejan a niños y docentes desprotegidos ante el coronavirus.

El regidor de Boadilla, Javier Úbeda (PP), anunció que se iniciaba el reparto de mascarillas textiles y lavables a todos los colegios del municipio “para su uso por parte de escolares, docentes y demás personal”. Una iniciativa que pretendía “ayudar” a los protagonistas de la vuelta al cole más atípica.

La “promesa” del alcalde del Partido Popular fue bien recibida por los ciudadanos del municipio de la zona oeste de la región. Pero esta “ayuda” de la corporación municipal ha caído en saco roto después de que el portavoz de Ciudadanos en el Consistorio demostrara la ineficacia de las mascarillas.

Este lunes, el portavoz liberal en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha dedicado un vídeo – compartido en su perfil de Twitter – a evidenciar las carencias de las mascarillas que el gobierno municipal repartió en los colegios. “No protegen ni a alumnos ni a profesores”, sostiene Ricardo Díaz Martín, quien, a su vez, es Catedrático de Ingeniería Química en la Universidad a Distancia de Madrid y Decano del Colegio de Químicos de la región.

“La obsesión por el marketing y el color corporativo les lleva a cometer errores y negligencias muy serias. Hay colegios que desaconsejan su uso. Retírenlas cuanto antes”, escribe Díaz en el tuit, al que acompaña un vídeo que prueba la inoperancia de las mascarillas.

El portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte prueba una serie de mascarillas con las que intenta apagar una cerilla. En todas ellas, el test no se supera, lo que evidencia una protección óptima al ciudadano. Sin embargo, al llegar a la que el PP envió a los colegios, se observa cómo la cerilla sí se apaga en el primer soplido, dejando patente su ineficacia.

Por su parte, el Ayuntamiento da una versión muy distinta e indica que el tejido usado en las mascarillas es el homologado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. También añaden que consideran que es el mejor material para los escolares “dado que estos tienen que hacer un uso de la misma de 6 horas diarias seguidas. Hemos tratado de equilibrar el que fueran transpirables con la seguridad. La comodidad del usuario, sobre todo en niños pequeños, lo hemos considerado como algo fundamental para que no se las quitaran durante la jornada lectiva”.

Además, alegan que “este tipo de reflexiones, basadas en ningún informe, test o documentación, ponen en juego la salud de los vecinos del municipio” e insisten en que las mascarillas tienen todos los informes de ensayo y certificaciones exigidos.