Huevos de Pascua gigantes pintados para convertirse en obras de arte, y retratar la vida rural de la región, pueblan la plaza central de Koprivnica, a unos 100 kilómetros de Zagreb (Croacia, cerca de la frontera con Hungría en el valle del río Drava). Forma parte de lo que ya se puede considerar una tradición local, nacida en el año 2007, si bien la pintura de huevos se practica desde hace décadas en Croacia, al punto que está reconocida como Patrimonio cultural no material protegido. El título de esta exposición.

Arte naif

Cinco pintores se han encargado de esta exposición, titulada Huevos pintados desde el corazón, y que ha hecho del espacio un museo a cielo abierto. Escenas cotidianas en casas típicas, faenas de los campesinos locales, reuniones en iglesias, molinos fluviales… Arte naif, típico de Croacia nacido allí en torno a 1930, y popularizado en las décadas siguientes entre más de 200 artistas, que en su mayoría usaban la técnica de pintar con óleo sobre vidrio. Aquí se fusiona con la tradición católica en estas enormes creaciones hechas de plástico y cubiertas de pintura acrílica, resistente a los cambios meteorológicos. Mejor, porque la vida de estas creaciones no acaba aquí. En la última década, unos 80 huevos han sido regalados a ciudades de toda Europa, incluida Bilbao.