Nada, es todo un invento. Pero cuando empecemos a caer como frutas maduras ya será tarde para lamentarse. ¿De verdad estamos dispuestos a tolerar esto por más tiempo? ¿Los millones de personas que vivimos en grandes ciudades estamos dispuestos a continuar tragando humo tóxico en beneficio de todavía no se sabe bien qué?

Límites legales

En tan solo un mes, Londres ya ha superado los niveles de emisiones tóxicas legales de todo 2018. Lo de legales sigue siendo un eufemismo, poues evidente que la capital británica seguirá emitiendo gases tóxicos durante los otros once meses del año. Y cada uno de ellos superará esos límites, de nuevo legales. Es decir, de nada sirve una normativa que se salta doce veces en un año sin que nada suceda. ¿Nada? No exactamente. Los cálculos de los expertos apuntan a que la polución está detrás de al menos 40.000 muertes prematuras al año. Y parece poco puede hacerse.

Mejor que el año pasado

Evidentemente no. Pueden hacerse muchas cosas, pero queremos decir que poco se está realmente haciendo. Los análisis más optimistas aseguran que hasta 2026 Gran Bretaña no va a bajar sus niveles de polución de forma significativa. Porque la cosa avanza despacio, aunque los optimistas dirán que el año pasado ese límite legal para las emisiones de todo un año se superó en la primera semana de enero y este año han sido necesarias casi tres semanas más. De momento, numerosas organizaciones ecologistas e instituciones relacionadas con la salud pública han lanzado la voz de alarma. Han exigido al gobierno británico la adopción de medidas reales y urgente para paliar la situación y aceleran la reducción de dióxido de carbono y de nitrógeno, los principales compuestos nocivos que flotan en el aire de Londres, donde la bruma ahora es puro humo venenoso.