Una vez más, el cine nos trae a King Kong. Ese mono descomunal que nos despierta entre terror y ternura. Como suele ocurrir en el cine. Es una criatura de ciencia-ficción que explota muchos de nuestros temores para llevarlos a la gran pantalla. Pero en este caso realmente existió.

Un King Kong pithecus

Bueno, el mono del que hablamos no era realmente como King Kong, pero sí era mucho mayor que cualquier especie que conozcamos. Se trata del Gigantopithecus. Su nombre no deja lugar a dudas sobre su tamaño. Y también, esa terminación en pithecus denota que en algún momento tuvimos un antepasado común. La especie fue descubierta en Hong Kong hacía 1930. Un paleontólogo visitaba un mercado local cuando algo le llamo la atención. Eran unos grandes dientes de una especie desconocida. A falta de una mejor taxonomía, los comerciantes locales los adjudicaron a dragones. Y así los vendían por sus supuestas propiedades medicinales.

Hace más de 300.000 años

Pero el paleontólogo descubrió rápidamente que esos dientes no correspondían a una criatura mitológica. A partir de los dientes comenzó el estudio de esa especie. Hoy se sabe que vivió en las junglas de China, India y Vietnam hasta hace poco más de 300.000 años. Aunque realmente su tamaño no era el de King Kong, el cine siempre tiende a exagerar, sus dimensiones sobrepasan con mucho a las de los grandes primates que conocemos. Si un orangután puede llegar a los 120 kilos y un gorila a los 200, el gigantopithecus alcanzaba los 500 kilos. En cuanto a la altura, habría sido un animal temible, pues de pie podía alcanzar los 3 metros, casi el doble que un gorila adulto.

Bigfoot y el Yeti

Pero en realidad no debía de ser un animal peligroso. Su aspecto era más parecido al de un orangután, la mayoría del tiempo se desplazaba de forma cuadrúpeda y su dieta se componía de vegetales y frutas. No hay consenso sobre los motivos de su desaparición. Hay quien los achaca a los cambios en su hábitat, especialmente graves para una especie de su tamaño. Otros, a la competencia con los primigenios sapiens. Incluso hay quienes piensan que todavía quedan ejemplares vivos. Los famosos bigfoots o el Yeti.