Nuestra relación con el mar es un tanto extraña. Es un medio que en realidad nos resulta ajeno. Pero hemos aprendido a convivir con él, como en todos los entornos del planeta. A obtener de él materias primas y alimentos. A navegarlo y a explotarlo. Pero también a contaminarlo como si se tratara de un enorme vertedero.

En el Mediterráneo y Atlántico

No es la primera vez, y nos tememos que no será la última, en la que os hablemos de la contaminación por plásticos en los océanos. No solo desde la perspectiva de destrucción de los entornos marinos. También en lo que nos afecta a nosotros directamente, como es el consumo de pescado con presencia de microplásticos en sus tejidos. Pero este reciente descubrimiento es todavía más sorprendente y preocupante. Investigadores de la Universidad de Alicante ha encontrado resto de plásticos en la sal marina. La sal que llega a nuestras casas, a nuestras mesas, con la que sazonamos nuestras comidas. Los expertos han analizado muestras obtenidas en diferentes salinas españolas, tanto del Mediterráneo como del Atlántico. Incluso de las Islas Canarias. La conclusión es alarmante. Todas las muestras presentan contaminación por micro partículas de plástico. La mayoría por presencia de plástico PET, PP y PE. La presencia de este contaminante se detecto en concentraciones de entre 60 a 280 micropartículas por kilo de sal. Estas conclusiones viene a certificar los resultados de un estudio similar realizado por científicos de Shangai, en 2015. En esa ocasión, se encontraron concentraciones de plástico todavía mayores en la sal obtenidas de salinas chinas.

No es peligroso, de momento

Casi todas las salinas funcionan por el mismo sistema desde hace cientos de años. El agua de mar se embalsa en zonas cercanas a la costa, en espacios poco profundos. Ahí se deja que el Sol evapore el agua y deje los restos de sal. Los plásticos quedan atrapados en los cristales de cloruro sódico formados. Los científicos aseguran que estás concentraciones no son preocupantes para la salud. Pero sí advierten del ritmo al que aumenta la presencia de plásticos en el mar. Y dado que tarda decenas de años en degradarse, puede llegar un momento en el que sí que se aun problema de primer orden.