Todo parece ir al doble de velocidad en China. Después de casi un siglo de inmovilismo, la situación del país ha evolucionado vertiginosamente en las últimas dos décadas. Quizá impulsada por su gigantesca demografía, el país ha avanzado significativamente en el plano económico. La cara b fue una polución galopante. Pero ahora esta combatiendo la contaminación con acciones decididas e imaginativas.

Movilidad sostenible

Ya os hemos contado muchas veces cómo China está liderando la explotación de energías renovables en todo el mundo. Pero eso no es suficiente si no se acometen otras políticas que, por ejemplo, reduzcan los gases en las grandes ciudades. Ahora le toca el turno a los sistemas de movilidad sostenible. Y el medio de transporte más sostenible es sin duda la bici. La bicicleta fue el motor del desarrollo chino durante muchos años. Sin embargo, la mejora de las condiciones económicas de la población relegó las dos ruedas en beneficio del coche. En 1980, el 80% de los habitantes de Beijing se desplazaban al trabajo en bici. En 2014, la cifra había bajado a, 12%.

36,5 millones de bicicletas

Ahora, las autoridades y empresas chinas están impulsando ambiciosos programas de bici compartida. Y como siempre sucede en el gigante asiático, las cifras son mareantes. Mobike, una de las principales empresas de alquiler de bicis, cuenta ya con 3,65 millones de bicicletas en 50 ciudades. Estas bicis son muy distintas de las que se movían por el país durante la revolución. Ahora cuentan con los últimos avances tecnológicos. Materiales que no se oxidan, ruedas que no necesitan inflarse, conexiones GPS y móviles. Además, la compañía ha llegado a acuerdos con otras fábricas para alcanzar una producción monstruosa. Nada menos que 36,5 millones de bicis al año. Es decir, una de cada tres bicicletas de todo el mundo será fabricada por este conglomerado.