El año 2016 está a punto de finalizar y será recordado como uno de los más luctuosos del incipiente siglo. Pero de todas las personalidades que nos han dejado, unas serán más recordadas que otras. Y no será por sus méritos sino por los relevantes que hayan sido en eso tan moderno que llamamos fama. Porque si la muerte de alguien tan transcendental como Vera Rubin ha pasado inadvertida cuando se ha producido, qué sucederá dentro de unas semanas.

Porqué no se conoce a Vera Rubin

Porqué Vera Rubin no obtuvo en vida, ni en el momento de su muerte ocurrida el día de Navidad, el reconocimiento que merece es algo que mueve a la reflexión. Puede argüirse que se debe a que su especialidad, la astrofísica y la física teórica, no es precisamente tema de debate internacional. Pero es un argumento que no se sostiene cuando otros colegas sí son internacionalmente conocidos. Sobra decir que esos colegas son todos hombres.

Como Newton

La aportación de Rubin revolucionó nuestra visión del Universo. Desde que en 1685 Isaac Newton enunciara la Ley de la Gravitación Universal, los científicos habían concluido que todo el cosmos se regía por esa norma física. Sin embargo, ¿por qué el movimiento de las estrellas dentro de las galaxias parecía ajeno a esta ley? ¿Por qué las estrellas más lejanas al centro de las galaxias no se movían más despacio que las más próximas, tal y como ocurre con los planetas de los sistemas solares? No fue hasta los años setenta en el que una muchacha menuda de pelo corto definió el motivo. Una muchacha que había tenido que luchar por entrar en la Universidad de Georgetown y que había sido rechazada en Princeton. Y que luchó para que sus estudios se tuvieran en cuenta. Fueron estos estudios los que le permitieron definir una nueva forma en el Universo desconocida hasta entonces: la materia oscura.

La materia oscura

La materia oscura ocupa un tercio del Universo y configura un cosmos completamente distinto a como se conocía hasta entonces. Es la enorme gravedad de esta materia la que rige los movimientos de las galaxias, no solo la masa de las estrellas que contienen, haciendo que giren como conglomerados. Pero más allá de influir en la rotación de las galaxias, la materia oscura dibuja un Universo nuevo. Un Universo en el que existe una entidad que no podemos ver, pero que deja clara su influencia. Por lo tanto, desde el hallazgo de Rubin todos los cálculos deben ser revisados. Por ejemplo, la existencia de materia oscura supone la de la energía oscura. Esa energía que empuja a las galaxias a alejarse unas de otras, cuando la lógica gravitacional dicta que deberían estar acercándose. Pero ninguno de estos descubrimientos clave en la ciencia moderna han merecido el reconocimiento de Vera Rubin. Ni en vida, cuando se le resistió el Premio Nobel. Ni en su muerte, cuando fallecimientos de estrellas del pop o de la tele han oscurecido su desaparición.