A estas alturas está claro que el mundo animal nunca dejará de sorprendernos. Criaturas con capacidades que escapan de la compresión humana. Animales que, cuando más se estudian, más nos sorprenden. No importa su tamaño o su hábitat. El caso del vencejo común es el último de ellos.

Un superhéroe de 35 gramos

El vencejo es una pequeña ave, de no más de 35 gramos. De aspecto frágil, casi insignificante, pero con unas capacidades ciclópeas en su menudo cuerpo. De hecho, este "migrante extremo" es capaz de volar durante más de diez meses sin posarse en ningún momento. Ni para descansar, ni para alimentarse, ni tan siquiera para dormir. Este dato ha sido revelado a la BBC por Anders Hedenstrom, investigador de la Universidad de Lund en Suecia. A este país nórdico es a donde van a parar las aves en su proceso migratorio desde África Occidental. La gran capacidad voladora de estos pájaros era ya sospechada por los investigadores, pero aún no habían podido comprobarla.

Un viaje de 6.000 kilómetros

La tecnología les ha echado una mano para conseguir estos sorprendentes resultados. Durante su estancia en Suecia, capturaron varios ejemplares a los que les implantaron un chip GPS. Tras su vuelta desde África recapturaron 19 de estos vencejos y analizaron los datos. El resultado es que “tres de ellos nunca se posaron”, asegura Henderstrom. Según este estudio, publicado en la revista Current Biology, los animales recorrieron más de 6.000 kilómetros sin parar de volar en ningún momento. Incluso una vez llegados a sus destinos, continuaron con su vida área. Ahí, en el aire, se alimentan capturando pequeños insectos. Incluso de este modo, volando todo el rato, recolectan las plumas y hojas con las que confeccionan sus nidos. Ese es el único momento en el que estos incansables voladores se detienen. Cuando han de anidar, realizar las puestas y cuidar de los polluelos de vencejos.

¿Cómo duerme el vencejo?

Pero este descubrimiento abre nuevas incógnitas. ¿Cómo duermen los vencejos? Porque todos los animales han de dormir, han de desconectar totalmente o, al menos en parte, su organismo para recuperarse. “No sabemos si duerme, aunque todos los animales necesitan hacerlo”, confiesa Hendestrom. La teoría es que los vencejos suben a grandes altitudes y es entonces cuando duermen unos breves instantes, dejándose caer en espiral. El siguiente reto es demostrarlo. Para ello tendrían que colocar sensores de actividad cerebral en varios ejemplares y comprobar si, como demostró un estudio alemán en fragatas, estos pájaros pueden incluso dormir mientras vuelan.