La propuesta está circulando desde hace varios días, aunque todavía envuelta en una cierta ambigüedad y todavía defendida sin demasiada convicción por parte de sus propios promotores. ¿Un Gobierno del PSOE en minoría con apoyo de Podemos? El partido morado no lo dice explícitamente, pero se sobreentiende que Ciudadanos quedaría fuera de ese acuerdo de gobernabilidad. Aunque la idea es acariciada por dirigentes de Podemos, entre ellos la andaluza Teresa Rodríguez (“Nosotros hemos dejado claro nuestro mensaje y apostamos por una alternativa al gobierno de Rajoy en cualquier caso, por lo que nadie tiene que bajar los brazos”), entre los socialistas andaluces dan poco crédito a dicha alternativa: no solo dudan de la viabilidad de la propuesta, sino también de la sinceridad de la misma. Más bien tienden a pensar que Podemos pretende dividir a los socialistas de cara al Comité Federal del sábado que tiene que decidir la estrategia de cara a la formación del nuevo Gobierno. El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, lo recordaba el pasado lunes: la agenda territorial del partido está cerrada y en ella no tiene cabida entendimiento algunos con soberanistas: "El PSOE es el único partido de este país que tiene escrita y redactada la reforma constitucional que queremos como respuesta al debate territorial, que es la Declaración de Granada. Nuestra posición es clara y nítida, y experimentos ni con gaseosa". En todo caso, la posición del partido en Andalucía ha sido muy contundente desde la noche del 26J: los socialistas deben pasar a la oposición porque ahí los han puesto los ciudadanos. Pensar que Pedro Sánchez y los sectores socialistas que le son más afines darán la batalla a favor de la propuesta de Podemos es poco realista: tanto porque el propio Sánchez está resentido con Pablo Iglesias como porque Ferraz no se arriesgaría abrazar una estrategia a la que se opone el principal bastión territorial del partido. Por lo demás, los socialistas no olvidan que, según su punto de vista, Podemos tuvo en su mano desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa y no quiso hacerlo por cálculo electoral escudándose en que su programa era incompatible con el de Ciudadanos, la otra pata del pacto urdido por Pedro Sánchez. Los 156 diputados que sumarían el PSOE y Podemos requerirían para alcanzar la mayoría absoluta de 176 otros 20 escaños más que solo podrían salir de las filas nacionalistas e independentistas, una posibilidad que el Comité Federal socialista ya descartó en diciembre pasado. Los 20 diputados andaluces nunca votarían a favor de una alianza con Podemos, cuya dirección andaluza tiene muy malas relaciones con Susana Díaz a raíz de las frustradas negociaciones para su investidura.