Las hueste toledanas de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, agrupadas en lo que se conoce como el 'Clan de Toledo', tienen claro que la caída del Partido Popular en las últimas encuestas, refrendadas en el barómetro del CIS del mes de julio, dado a conocer este viernes, se debe a la “falta de liderazgo en Génova tras la retirada de competencias a Dolores en favor de Fernando Fernández Maillo y su ascenso en el partido como coordinador general”, asegura a ELPLURAL.COM un destacado líder de la dirección “popular” de Castilla-La Mancha, donde se ha iniciado una campaña interna para recordar “a todos los afiliados que con Cospedal nos votaban más”, añaden, “sólo hay que comparar las encuestas antes del congreso de febrero con las que han publicado los medios hasta la fecha”.

“Antes también había corrupción”

Razón no le falta a este dirigente “popular” castellano-manchego, ya que es una realidad los descensos encadenados desde que Fernández Maillo tomará las riendas del día a día del partido. Fuentes que rechazan el argumentario de Génova que señala la caída en libre al desgaste de la propia acción de gobierno (no llevan ni un año) y, cómo no, a los espectáculos de Soto del Real donde un día sí y otro también ingresa algún exdirigente del PP. “Pero esto de la corrupción no vale como justificante al desastroso CIS del viernes”, precisa el dirigente consultado por este periódico, que recuerda los graves casos de corrupción de Luis Bárcenas, la banda de la Gürtel, Francisco Granados… “y obtuvimos en las elecciones de junio de 2016 más del 33 por ciento de los votos y 134 escaños”, asegura, olvidando, eso sí, que se habían dejado en la gatera electoral más de 10 puntos y la friolera de 52 diputados, con la consiguiente pérdida de la mayoría absoluta lograda en los comicios de 2011, siendo secretaria general con pleno poderes, María Dolores de Cospedal.

“En Génova no se sabe quién manda”

Sea como sea, el caso es que las perspectivas electorales del PP no han dejado de reducirse desde que Mariano Rajoy formara Gobierno en otoño de 2016, consolidando a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, sumando a María Dolores de Cospedal para mantener el equilibrio de poderes en el Gabinete donde quedó avalado también  el equipo económico. Pero, y en Génova, ¿quién manda realmente? Pregunta que para nuestro interlocutor tiene una clara y contundente respuesta: “No lo sabe nadie; nadie sabe quién manda… ¿lo sabes tú?”

El marianismo en sus horas más bajas

Lo que está claro, al menos eso es lo que vendió Mariano Rajoy a los medios comunicación, es que el día a día del partido lo lleva Maillo y los cuatro vicesecretarios Javier Arenas, Pablo Casado, Andrea Levy y Javier Maroto, ninguno de ellos con responsabilidades de gobierno y, por lo tanto, con dedicación exclusiva al partido. No así Cospedal, cuya presencia en Génova es más testimonial que ejecutiva, lo que para el “Clan toledano” es la coartada perfecta para reforzar su teoría del “gran papel” jugado por la otrora omnipresente secretaria general, “generala secretaria”, dicen, a la vez que observan, no sin cierta retranca, como el marianismo se encuentra en sus horas más bajas.

La eterna lucha de egos

Y mientras que los “cospedalianos” se apresuran a culpar a Maillo y a los vicesecretarios de las pésimas perspectivas electorales que auguran un batacazo en toda regla, María Dolores de Cospedal prepara desde su rincón favorito de España para conspirar (de aquí han salido las campañas más sonadas protagonizadas por la secretaria general), el elitista campo de golf de Guadalmina (Marbella), el segundo plan o estrategia que pasa, sí o sí, por erosionar el poder de su “enemiga íntima”, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que aún hoy conserva el primer puesto en valoración de los ministros, aunque con un suspenso 3,69, pero a tan sólo 0,83 décimas de Cospedal, que ocupa el quinto lugar en este ránking de trece ministros, donde el presidente del Gobierno, una vez más, es el líder peor valorado, con un raquítico 2,79. “A buen seguro que Dolores conseguirá superar a Soraya en el próximo CIS”, finaliza vaticinando nuestro interlocutor, conocedor como es de la eterna lucha de egos que mantienen las dos mujeres con más poder de España. “O como mínimo empatan”, concluye.