El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido que podrán entrar en vigor algunas de las partes del veto migratorio propuesto por el presidente Donald Trump.

Dicho veto prohíbe la entrada en territorio estadounidense de refugiados y nacionales de seis países de mayoría musulmana – Irán, Libia, Somalia, Siria, Sudán y Yemen -. Esto implica que la Administración Trump pueda negar la entrada al país de los individuos que no tengan familiares en territorio estadounidense o que no hayan tramitado ya su ingreso para trabajar.

Amenaza a la seguridad

Eso sí, al menos en parte. Tras meses de bloqueo el Tribunal Supremo ha decidido aceptar el caso y ha levantado algunas medidas cautelares que recaían en la orden. La decisión supone un golpe sobre la mesa del presidente Trump, aunque no implica la validación judicial.

Esta orden elimina de la lista a Irak y mantiene el núcleo duro activo, pues suspende 120 días el programa de refugiados y pone fin – de manera permanente – al paso de viajeros musulmanes aduciendo una amenaza a la seguridad nacional.