Han fallado los pronósticos una vez más. Tras la recogida de avales todos los analistas y todos los medios de comunicación apostábamos porque, ganara quien ganara, lo haría por poco margen. No ha sido así, la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas es contundente con casi 10 puntos de ventaja. Los militantes han hablado, lo han hecho claro y alto y la obligación de todos los dirigentes locales, provinciales y regionales es trabajar en pro de la unidad porque todos ellos saben que si el PSOE quiere recuperarse la condición imprescindible es la unidad interna.

La unidad no es solo obligación de los perdedores, buscar y lograr la unidad es la primera obligación de todo líder, de cualquier líder. Veremos si Pedro Sánchez integra o saca la navaja para cobrarse venganzas personales. Si opta por esto último, el Partido Socialista tendrá el líder que han elegido sus militantes pero un partido en sangría permanente.

En pocas semanas se comprobará, la elección de delegados al próximo congreso federal de junio,  de cómo se prepare y se desarrolle ese congreso tendremos las pruebas de si uno ha querido unir y los otros se han dejado integrar.