Hace poco más de dos años, España sufrió la mayor humillación desde la pérdida de Cuba y Filipinas. Bueno, quizás no fuese para tanto y no quede registrado en las páginas de nuestra historia, pero desde el desastre del 98 no se habían reído tanto de nosotros en Estados Unidos. Obviando quizá el esperpéntico "estamous trabajando en ellou" de José María Aznar. 

El evento en cuestión ocurrió cuando nuestro actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy fue de visita a la Casa Blanca para conocer a Barack Obama. Y lo hizo como el Ratoncito Pérez: con más regalos de los que humanamente podía cargar. 

Mientras Rajoy se empeñaba en llamar "presidente" a Obama en su visita, el americano solo se dignó a llamarle "Mariano"

Rajoy sacó de la Biblioteca Nacional tres facsímiles de obras con 500 años de antigüedad y Obama le correspondió con la cajita standard de M&M's que se le da a todos los turistas. 

Además de darle cacahuetes a Rajoy, Obama se lució con otras muestras de la alta estima en que tiene a nuestro líder. Mientras el español se empeñaba en llamar "presidente" a Obama, el americano solo se dignó a llamarle "Mariano", como si fuese el cuñado al cargo de la barbacoa y no el representante de un pueblo soberano. Y, mientras Rajoy publicaba decenas de post en redes sociales, cual adolescente desatado, Obama no alcanzó ni a recoger su visita en su agenda oficial.

El recopetín llegó cuando Rajoy le invitó a darse un garbeo por nuestro país y Obama rechazó la propuesta como al que le dicen eso de "tenemos un café pendiente". Aseguró que le apetecía very much pero que tenía la agenda hasta arriba. Hasta arriba de asuntos más prioritarios, se entiende. Como su visita a otros 30 países europeos diferentes en 13 viajes distintos. ¡Si hasta ha estado en Portugal!

Ahora, dos años después, parece que Obama por fin se ha animado a venir a comer pescaíto frito a Sevilla y a ver cómo ha reformado Rajoy el cuarto de los chiquillos. Bueno, y a dejarnos algún recado de la cumbre de la OTAN de Varsovia. Pero eso seguro que no trasciende. 

"A ver si formáis Gobierno, que tengo muchas ganas de ir a España"

El caso es que la visita es bastante sospechosa, porque en abril José Manuel García Margallo estuvo con Obama y el líder del mundo libre le dijo, según él: "A ver si formáis Gobierno, que tengo muchas ganas de ir a España". Cualquier malpensado creería que Margallo se lo había inventado y que solo era una amenaza más de las plagas que se echarían sobre nosotros si no les dejábamos gobernar. 

El caso es que, a día de hoy, seguimos sumidos en el caos gubernamental y la visita de julio que se iba a tener que retrasar, como poco, a Navidades, se va a producir. Lo que solo puede significar dos cosas. O Margallo nos estafó (lo que no sería raro después de que el otro día nos mintiese a la cara sobre el voto rogado) o el Gobierno en funciones se pasa por el Arco del Triunfo la debida neutralidad diplomática que durante estos meses ha mantenido a los Reyes más varados que a un viajero de Vueling.

En cualquier caso, seguro que será una visita humillante que cerrará el círculo. Sobre todo ahora que la vergüenza de las Azores vuelve a ser portada