Decir con la boca pequeña que estamos ante la crisis de refugiados más importante desde la II Guerra Mundial no vale para nada si no le siguen actuaciones concretas. El inmovilismo de Europa en general y del Gobierno de este país en particular ha quedado más que patente en cuanto a acoger a refugiados se refiere. Por ello, hasta que las autoridades se decidan a abrir sus brazos, lo importante es conseguir que la estancia de miles de personas en los campos de refugiados sea lo más normal posible, si es que se puede usar este calificativo.

Esto es lo que están intentando un grupo de 70 estudiantes de Trabajo Social de la Universidad Complutense de Madrid, que las necesidades más básicas de los que han tenido que abandonar sus hogares estén cubiertas.

“¿Cuántas historias de sacrificio hay detrás de cada imagen que nos muestran?” “¿Qué hacer si los líderes políticos miran para otro lado?, se preguntaron tras ver como Europa tuvo que esperar a ver el cadáver de Aylan en la orilla para reaccionar. Ellos no estaban dispuestos a esperar y crearon un movimiento valiéndose de dos modas ya universales: las redes sociales y los selfies. Así nació la iniciativa ‪#‎RefugioXNarices o #‎MandaNaricesPorLosRefugiados, una recogida de material de higiene, toallitas, pañales y compresas que, al no estar considerados productos de primera necesidad, no llegan hasta los campos de refugiados dentro de los paquetes de ayuda humanitaria.

Una sonrisa y un selfie para financiar

“Cierra los ojos. Imagina un día sin productos de higiene. Imagina un día sin pañales para tu hijo, sin toallitas para poder limpiarle. Párate un segundo a pensar como sería este día. ¿Cómo te sientes?”. Miles de mujeres y niños refugiados viven esta situación sin tener que imaginárselo, por desgracia, es su vida desde que tuvieron que dejar atrás sus países con destino a Europa.

“Al final, somos la sociedad civil los que nos hemos puesto en pie”, recuerda Amal Abakkouy, una de las organizadoras de la iniciativa. Pero los ciudadanos no tienen la capacidad de los Gobiernos y es aquí donde entra la fuerza de las dos modas antes mencionadas. Para conseguir el dinero necesario para mandar los productos recogidos, estos estudiantes venden narices de payaso con las que posar en un selfie y difundirlo por las redes. Gracias a ello, el movimiento ‪#‎RefugioXNarices ha salido de las paredes de la universidad y ya van más de 3.000 narices vendidas.

 

“Todo los que recaudemos y el material conseguido irá a las ONG SOS Refugiados y la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio”, ha explicado Amal. Además, cuentan con el apoyo de organizaciones como Amnistía Internacional, que estará presente en el acto que celebrarán el próximo día 12, “un acto de sensibilización para debatir sobre la postura de Europa en la acogida de refugiados”. Por que “esto es sólo el inicio de un gran camino” al que todos estamos invitados.