El presidente y su Gobierno en funciones lo tienen muy claro. No quieren refugiados en España. Les importa muy poco el drama humanitario y se amparan en la ineficacia europea.

No han movido un dedo y cuándo algún periodista les ha preguntado por qué, la respuesta ha sido: Europa es la responsable.

Pero eso no es verdad. Bruselas, Austria, Alemania, los países nórdicos  incluso los países más xenófobos como Polonia, Hungría o Macedonia tienen refugiados y no digamos Italia y Grecia.

En un principio dijeron que iban a aceptar a 15.000, después bajaron la cifra. La realidad es que a España han llegado 11, de los que reciben 6.000 euros por cabeza como subvención de la UE.

El ministro del Interior decía en televisión recientemente que en España se han registrado miles de sirios que han entrado por Marruecos y es verdad, entraron y se fueron rápidamente. La mayoría de ellos están en otros países europeos.

Paralelamente a esta entrada el Gobierno convocó unas pruebas para seleccionar personal que pudiesen hacerse cargo de esos miles de refugiados. De los que tenían que contratar lo hicieron en un número muy inferior a lo que pregonaron y ahora esos trabajadores están aburridos en un escritorio leyendo los casos de los sirios que entraron a España por Marruecos y que ya no queda ninguno en España.

Como pueden ver un auténtico desastre.

Mientras tanto, ayuntamientos y comunidades autónomas se ofrecían para acoger a estas personas que huyen de la muerte, pero el Gobierno central es el que tiene la llave y se niega en redondo. A esto hay que añadir numerosas ONG que tienen preparados los medios para una acogida.

Parece increíble pero es así.

Al mismo tiempo que la vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mónica Oltra, ofrecía alojamiento y barcos para recogerlos en Turquía o Grecia, Ada Colau o Manuela Carmena separaban fondos para poder cubrir sus necesidades, Rajoy se fumaba un puro, como siempre.

Los problemas no van con él, cuando hay uno desaparece. Levanta los hombros, pone cara de tancredo y a por el puro.

Pues bien, paralelamente al pasotismo del Gobierno español a muchos ciudadanos se nos cae la cara de vergüenza viendo como están miles de personas atascadas en el barrizal de Idomeni, en el Puerto del Pireo y en muchas otras fronteras de las que ni se habla porque las unidades móviles de las televisiones no llegan.

Si no sales en televisión, no existes.

Estamos hablando de ciudadanos como usted o como yo que hasta hace unos años o meses tenían casa, trabajo, familia pero con el detalle de tener también un dictador carnicero que los ha llevado a una guerra sin fin.

Pero eso a Rajoy no le interesa.