Wyoming reivindica que es un hombre libre, que hace política “todos los días”, pero “sin pertenecer a ningún partido", lo que le da "margen de maniobra para pensar con libertad” y, por ejemplo, tildar a Mariano Rajoy de “desalmado” y quedarse tan pancho. Claro, que tiene sus consecuencias, asegura que en la calle le han gritado hasta “¡facha!”.

La derecha se adueña de términos de la izquierda
“Cambiar el sentido de algunos conceptos es una técnica muy vieja. La derecha ahora lo hace con soltura, por ejemplo cuando dice que "el pueblo unido jamás será vencido", o se llaman "populares", que es un término de uso histórico de la izquierda. Ahí Fraga tuvo tino”, explica el presentador de El Intermedio, en una entrevista en la contraportada de El Mundo.

De enemigo a desalmado
Cuando le preguntan por Mariano Rajoy, dice sospechar que debe considerarle “un enemigo” porque “él cree que el tratamiento que le damos a la corrupción no es adecuado”. Su opinión del presidente del Gobierno no es mejor. Le califica de “desalmado” y se explica: “Ha hecho demasiado daño a este país como para no considerarlo”.

Carmena, comparado con lo que había...
Sobre si Madrid ha tenido suerte al tener una alcaldesa como Manuela Carmena, Wyoming responde: “comparado con lo que había...” y añade que “ojalá acabe con esa política que entrega lo público a negocios privados, que echa a la mitad de la gente a la calle y da peor servicio fingiendo que nos hacen un favor”.

Podemos
¿El golfo más notorio de España? Lo tiene claro, Bárcenas, el extesorero del PP, aunque precisa que no es que sea el más golfo, sino “el que ha alcanzado notoriedad”.

En cuanto a Podemos, cree que era “inevitable que aparecieran” porque “estamos reviviendo un Mayo del 68, la recuperación de la identidad de la gente”, después de que los “partidos se profesionalizaran en exceso y restringieran el poder legislativo para quedarse en exclusiva”.

Twitter es una reducción
Wyoming también tiene críticas para la influencia de las redes sociales. Que en Twitter se haga política “es una reducción” porque “acaba siendo una especie de universidad donde los alumnos se enseñan entre sí. Y de tanto participar no hay sitio para el estudio”. Cuando le preguntan por qué no es del PSOE responde que no cree en “los partidos verticales, en los de aparato”.

El desprestigio de la prensa
“Según ellos, cualquier militante puede ser alternativa para reformar las cosas, pero que en verdad (si llegan) los dejan enredar un poco desde dentro y ahí quedan. El PSOE se ha hiptecado excesivamente y tiene un margen de maniobra muy estrecho”, señala.

Preguntado sobre el maltrecho prestigio y poder de los medios de comunicación lo achaca a “la entrada de las grandes corporaciones y los bancos en los medios de comunicación lo ha jodido todo”.